Si para los de Claudio Barragán era condición indispensable marcar en el Tartiere, el gol de Jona ha pasado a que ni quieran hablar de presunta ventaja. Los ovetenses sabían antes del sorteo que marcar en tierra gaditana era obligación. En lo que también coincide Egea es que la mentalización y el no cometer errores hará a uno de los dos sentirse en el Olimpo.
El Cádiz consiguió el miércoles que el juez de competición le quitara la segunda amarilla a Garrido. Junto al vasco, un equipo bastante parecido al que se vio en el Tartiere, con algunos matices en ataque y con lo puesto en zona defensiva. Un relevo en la delantera, o la posibilidad de variar a un 4-4-2 puede estar en mente del técnico cadista, que ha trabajado toda la semana a puerta cerrada.
Partido largo
A favor de los de Sergio Egea está el hecho de saber manejarse a la perfección jugando a la contra. El papel de dominador que le ha tocado jugar durante la Liga regular también lo tomó de buen grado, pero cuando el guión exigió repliegue y contragolpe se sintió comodísimo. Uno de los objetivos del Oviedo es conseguir que el partido tenga mucho ritmo. Las sensaciones de la ida fueron que los gaditanos terminaron el encuentro más tocados en el aspecto físico y esa clave puede resultar determinante a la hora de decidir el vencedor de la eliminatoria.
La alineación que pueda presentar Egea es una incógnita. El técnico tiene disponibles a los 20 componentes de la plantilla y todo apunta a que mantendrá l confianza en el bloque que jugó el encuentro de ida. La opción de jugar con dos delanteros parece más un recurso en función del marcador.
El espectáculo de ‘Champions’ que se espera en el terreno de juego estará también en la grada con 25.000 espectadores tiñendo las gradas del Carranza de amarillo, con permiso de los 2.000 ovetenses llegados desde Asturias para animar a los suyos.
Gracias, no sabía que podían ascender ambos. Pues estupendo. En valladolid estamos hermanados con Oviedo y el Cadiz siempre me ha gustado.
