"De vez en cuando, alguien se cuestiona los motivos del atraso español. Los tiene delante. El mundo discutiendo sobre las redes 5G o los nuevos modelos de energía o movilidad y aquí estamos con los toros, la caza o Hernán Cortés. Tenemos más
atrasistas que progresistas.
El atraso español es algo trabajado durante muchos siglos. Es la expulsión de los judíos, la Contrarreforma, la Pragmática Sanción —que impedía estudiar en universidades extranjeras—, la expulsión de los moriscos. La fe por delante de la ciencia o el arte. La Santa Inquisición, la Santa Causa, la Santa Cruzada. Que inventen ellos. Vivan la caenas. Muera la inteligencia. Los Estatutos de Limpieza de Sangre, la compra de partidas de bautismo, la falsificación de genealogías, las denuncias falsas por envidia o para incautarse del patrimonio ajeno. «Al grito de ¡Vivan las cadenas! ¡Muera la nación!, algunos madrileños recibieron a Fernando VII. En la calle Toledo, un grupo desenganchó los caballos de su carruaje para engancharse ellos mismos».
Nuestro entorno no es Francia o Gran Bretaña, sino Marruecos o Grecia, sitios donde la religión siempre ha prevalecido. Ni siquiera Portugal es un país de nuestro entorno porque en Portugal no fracasó la revolución liberal. España es el único país europeo en el que el Antiguo Régimen tuvo una Restauración. El Trono y el Altar derrotaron al Estado. España es el único país europeo en el que el Antiguo Régimen ganó una guerra civil. La expulsión de los republicanos, el tercer grupo de españoles que dejó de serlo tras los judíos y los moriscos.
El atraso español es algo trabajado durante muchos siglos en los que se ha dejado claro que el progreso es algo ajeno. Tener una idea siempre ha sido peligroso. Divertirse siempre ha sido pecado. Los atrasistas, los que no soportan tener que respetar a todo el mundo, los que se cabrean cuando otros adquieren derechos, los que añoran perseguir o ridiculizar a los demás. Los atrasistas hablan de historia o tradiciones sin tener ni idea de historia o tradiciones.
Son los que no saben vivir sin tocar las narices a los demás, sin odiar a alguien, sin insultar… De vez en cuando, alguien se cuestiona los motivos del atraso español. Lo tiene delante. Esta gente, la que habla de toros, caza y procesiones, es la que ha gobernado casi siempre: Los atrasistas.
Hay una evidencia que, en el fondo, agrava el caso: los atrasistas rara vez han sido mayoría".