He mirado, por curiosidad, cuando fue la última vez que hubo un líder con tan sólo 11 puntos en la jornada 5 y me he tenido que ir a la temporada 2000-2001.
Garitano está repartiendo zascas a mano abierta por su gran gestión.
Porque por otro lado, cuando se habla de Zidane se dice que muy mal no lo hace para ir colider, pero si se habla de la labor de Gaizka se dice que no tiene mérito porque Zidane, Valverde y el Cholo han empezado de pena.
Pura contradicción.
Pero bueno, si de objetividad hablamos aquí no hay ejemplos.
Lo esperpéntico era decir que Zidane lo hacía mal cuando ganó tres Champions seguidas y se marcó un doblete.
En el colmo del absurdo, hubo quien dijo que los cuatro títulos gordos y la quincallería menor que ganó Zidane en dos años y medio no eran más que una cortina de humo.
Al final uno se pierde y no acaba de entender muy bien en qué consiste esto del fútbol. ¿Será cierto que ganar está sobrevalorado por la plebe ignorante y el balompié es en realidad una compleja actividad intelectual repleta de misteriosos arcanos sólo inteligibles para unos pocos?
Esperpéntico es también establecer paralelismos entre Garitano y Zidane como si la historia del fútbol fuese a recordarle por haber sido la anécdota de la jornada 5.
Para mí, que Zidane esté líder con está plantilla entra en el umbral medio alto de lo que cabía esperar. La plantilla tiene muchas deficiencias y muchos desequilibrios. Puestos mal cubiertos, un banquillo pobre, jugadores de vuelta con más nombre que hambre de jugar al fútbol, demasiado niño al que todavía le queda grande la camiseta y demasiado bulto sospechoso al que le quedará grande toda la vida.
Lo normal con este panorama es que Zidane se hostie para solaz de aquellos a los que no les gustó que ganase tantas cosas sin jugar como ellos querían. Pero si se diese el milagro de que este tío ganase algo grande con esta banda, habría que levantarle un monumento más alto que las torres de la Castellana.