altramuz escribió:Apostata escribió:A Ramos hay que decirle desde el cariño: "Ramos, quiero que defiendas y que defiendas bien, porque de lo contrario, te voy a tener que sentar en el banquillo. Y nada de penaltis ni faltas, ¿entendido? Hala, venga, a trabajar, campeón".
Algo que parece tan fácil, es un imposible en este club
En este club y en cualquier club de élite.
No nos creamos tan diferentes, el futbolista contemporáneo es asín, multimillonario, malcriado y con la sartén por el mango. Si les cabreas, entristecen y se van a otra parte, de manera que, pierdes dinero y te ves obligado a sustituirlos por otros gilipollas que te van a hacer lo mismo.
Pero esa es la materia prima con la que tienes que trabajar, y un buen entrenador es el que consigue convencer, motivar y, en cierto modo, engañar a estas criaturas, para que hagan sobre el campo lo que saben hacer. Echar la culpa de que un equipo no funcione a la manera de ser de los futbolistas, es como esos profesores que culpan a los alumnos de no querer aprender ¿pero entonces en qué consiste tu trabajo, gilipollas, en enseñar a unos niños obedientes y perfectos que no existen o en buscarte la manera de enseñar a los niños reales, tal y como son?
Siempre lo digo, los aficionados tenemos un cierto complejo con los futbolistas, parece que estamos deseando que llegue alguien y los castigue severamente, a lo mejor porque nos jode que tengan la vida que tienen, que sean multimillonarios a los 25, que el mundo se ponga a sus pies y que encima, sean unos imbéciles ingratos. Encontramos algo de justicia poética en que llegue alguien y los fustigue, aunque en realidad no funcione demasiado bien, porque, efectivamente, en el Madrid, sí, pero en cualquier equipo de élite, los futbolistas mandan más que los entrenadores, a veces más que los presidentes, y no hay manera de manejarlos a hostias.
La alternativa más coherente es que nos deje de gustar el fútbol. Que dejemos de pagar semejante pastizal por ver a esas criaturas malcriadas dando patadas a una pelota, que no nos pasemos la vida exigiendo la contratación de Cristianos y Mbapés al precio que sea, ni celebrando las renovaciones de Marcelos e Iscos, que luego se atascan a hamburguesas con un contrato blindado en el bolsillo. Pero lo hacemos, nosotros somos los mitómanos que encumbramos, forramos y blindamos a estas criaturas, y luego somos los que exigimos que les bajen los humos, cuando ya tienen la sartén por el mango.
Yo soy muy realista a este respecto. Me encanta el fútbol pero me da asco el mundo del fútbol, empezando por las aficiones descerebradas y acabando por las actitudes de estos arrogantes mercenarios. Así que, es lo que hay, nos han tocado Cristiano y Ramos como nos podían haber tocado Mensi o Griezman o Xavi Hernández. Todos son bastante parecidos y necesitan un domador que, si usa demasiado la fuerza, generalmente acaba devorado. El dilema es si dejamos de ver fútbol, o buscamos a otro santón capaz de convencer y liderar a esta banda.