Mala noche de todo el equipo. El partido fue un parto.
Alaba y Nacho sufrieron. Los laterales, los centrocampistas no podían conectar con los de arriba, que por eso no pudieron brillar y además también estuvieron desacertados....
Hace mucho tiempo que enuncié en estas páginas lo que he dado en llamar el "Síndrome de Diego López", según el cual, toda afición hasta las narices de un veterano en decadencia es susceptible de abrazar a cualquier mediocridad sobrevenida como si fuese una figura legendaria.
El caso de Mendy es un exponente claro de este síndrome. Jugador muy justito que ha sido elevado a los altares sólo por el ansia de sellar la defunción de Marcelo, una defunción que de hecho ya estaba firmada aunque se hubiese puesto a Lunin de lateral.
Al final las mentiras tienen las patas muy cortas, como Isco, y por eso acaban como acaban.
No nos hagamos tontos, el Bernabeu te aplaude si corres y te entregas, si hay un balón largo o una pelota por la que luches hasta el final y no la des por perdida, aun la recueres o no. El estadio de va a aplaudir.
Pero a sentido contrario, si se te escapa un pase a medio metro una y otra vez por estar distraido, haces entregas tontas de pelota y se te ve con poca intensidad te van a silbar si o si.
A Mendy se le silba no por simples errores por su falta de calidad, si no por feas desconcentraciones que se traducen en entregar la pelota al rival jugandote el pase a semis en Champions.