Las claves del despido de Paunovic como entrenador del Real Oviedo: tensiones, fichajes que no llegaron y el suceso de Valencia
Eran las 9 de la mañana cuando Veljko Paunovic recibió la noticia de que, a pesar de tener al equipo fuera de la zona del descenso a Segunda, no continuaría siendo entrenador del Real Oviedo. Una decisión inesperada para todo el oviedismo, pero que ya se venía mascullando en las últimas horas.
Sin embargo, hay varias claves que podrían explicar esta salida.
Las claves
La primera, el carácter del técnico. Siempre se dijo que el entrenador era “muy serbio”. Un tipo serio, trabajador y que no se amilanaba ante nadie. Cada vez que algo no le parecía bien, mostraba su descontento de manera interna, algo que quizá haya minado la relación con el conjunto carbayón, especialmente después del ascenso a Primera División. Ahí es donde entra la segunda de las claves. La renovación del serbio tardó en llegar más de lo esperado. Terminó llegando, pero la tardanza en la toma de la decisión sembró dudas dada la gesta que el técnico acababa de conseguir. El acuerdo se materializó el 2 de julio, once días después de cantar el alirón, el 21 de junio. Paunovic había estado de vacaciones unos días en su país, pero el acuerdo tardaba en llegar, en parte, por sus exigencias con la planificación deportiva. Esa es precisamente la siguiente clave.
El mercado de fichajes
Paunovic quería diseñar para su estreno en Primera un equipo a su medida. El serbio se involucró muchísimo en la planificación deportiva, hasta tal punto que muchos de los fichajes veraniegos fueron petición expresa suya. Ilic, Brekalo… Incluso Ovie Ejaria, al que trajo personalmente a El Requexón para darle una oportunidad. Pero también mermó la relación el fracaso en otras operaciones con las que Paunovic contaba. El técnico pidió la incorporación de Luka Jovic y de Nemanja Maksimovic, que finalmente no terminaron en el Oviedo por motivos económicos. También había solicitado otro delantero que no pudo llegar, y quería tener más peso en la toma de decisiones en bastantes ámbitos del club, algo que no gustó. Todo esto deterioró la relación con el club. Peticiones muy complicadas de realizar que no gustaron al serbio.
Lo meramente deportivo
Empezó la Liga y llegaron los tropiezos. Dos, para ser más concretos. Derrotas por 2-0 y 1-3 ante Villarreal y Real Madrid respectivamente. Pero con eso se contaba, eran dos equipos Champions. A la tercera jornada, el Oviedo gana en casa ante la Real Sociedad y la cosa cambia. Sin embargo, en ese partido sucede una de las grandes anécdotas de la temporada. El serbio inicia el duelo con Hassan en el banquillo. Paunovic lo pone en la segunda parte y, poco después, el extremo cuaja una de las jugadas del año, poniendo un balón perfecto a Dendoncker, que remata a placer. El galo se gira desafiante al banquillo y grita: “¡Vuelve a ponerme en el banquillo!”. Todo quedó en un drama de vestuario. Hassan pidió perdón y Paunovic aseguró que ese tipo de situaciones no volverían a suceder. El club amonestó al franco-egipcio y todo quedó en nada.
Tras el incidente se perdió en Getafe, en Elche y en el Tartiere ante el Barça. Pero se viajó a Valencia y se remontó un 1-0 en los últimos minutos de un duelo que se había aplazado por las lluvias. Paunovic pidió aplazar el choque ante el Levante, puesto que los azules pasarían de tener un día menos de preparación, a dos. El Oviedo llegó al Tartiere para medirse a los granotas con dos jornadas de entrenamiento menos que su rival, y desde el club no pudieron hacer nada para convencer a LaLiga de que pospusiera el encuentro, algo que al técnico no le gustó en absoluto.
Y la guinda del pastel. Entre el extécnico azul y algunos estamentos del club existían ciertas tiranteces que terminaron de romper la relación entre ambas partes. Todo esto acabó enfriando un vínculo que se había ido resquebrajando y que desembocó finalmente en su despido, a pesar de que actualmente hay tres equipos (Mallorca, Real Sociedad y Girona) en Primera por debajo del Oviedo en la clasificación y ocupando los puestos de descenso.