Lleva ya cinco años en la primera plantilla, nunca ha sido titular indiscutible y jamás se ha quejado. Un tío que es internacional y podría estar jugando a piñon fijo en algún equipo de zona Champions.
Pero es que cada vez que se le necesita, cumple con nota, se mantiene en forma y enchufado aunque lleve un mes sin pisar el campo. Le ponen de lateral zurdo siendo diestro y cumple, le ponen de central midiendo 1'78 y cumple, y cuando, rara vez, le ponen en el lateral derecho, que por pierna y estatura sería su sitio natural, también cumple.
Y no llora ni da excusas de que a él le viene mejor jugar aquí o allá, ni manda a su representante cada semana a la oficina. Sin reproches, sin quejas, sin tristezas, sin rumores, sin chantajes... Nacho es madridismo y profesionalidad en estado puro.


