Siete finales jugadas y siete finales jugadas. Es el número de un Iker Casillas que ha sabido aprovechar la oportunidad de ser el portero de Copa del Rey que le brindó Ancelotti tras la condena a la suplencia que le impuso Jose Mourinho.
Iker Casillas volvió a levantar un título como capitán del Real Madrid. La historia y el presente han dejado claro que el portero blanco es el hombre de las finales, porque ha ganado todas las que ha disputado como futbolista profesional.
Su único borrón en esta Copa del Rey que ha ganado el Real Madrid fue el gol que encajó de Marc Bartra en la final. El único en todo el campeonato. Pero fue un cabezazo imparable. Su vuelo fue perfecto pese a que no a llegar a tocar ese balón. Pero poco importó porque con Casillas su equipo volvió a ganar. Como acostumbra a hacer.
Ha ganado dos copas, dos Champions League, dos Eurocopas y un Mundial con España y Carlo Ancelotti, cuando a principio de temporada era preguntado y repreguntado por su decisión de colocar a Diego López como titular en Liga y a Casillas solo en los torneos del KO, el italiano dejó una frase relevante: Iker será el portero de la Décima”. Antes está el choque contra el Bayern de Múnich en semifinales, pero poco a poco va camino de conseguirlo.
En esta final contra el Barça no tuvo excesivo trabajo por el poco peligro que creó el oponente hasta el empate de Bartra, pero el destino demostró que Iker es uno de sus elegidos cuando Neymar, solo, envió el balón al palo ante su presencia, para evitar el gol que hubiera supuesto la prórroga y un tremendo mazazo para el Real Madrid.
El destino fue tan dulce con Iker que ese balón al palo de Neymar volvió mansamente a sus manos. Y tras sacar ese balón, fue corriendo a tocar y a bendecir ese poste que le hizo ganar su séptima final.
Dos lunares en Supercopa e Intercontinental
En el curriculum de Iker Casillas también hay dos puntos negros. Son consideradas finales aunque no tienen tras de sí varios partidos previos. En la Supercopa de Europa de 2000, el Real Madrid cayó derrotado ante el Galatasaray (2-1). Meses más tarde, el conjunto blanco también perdió la Copa Intercontinental por el mismo resultado. En ambos encuentros, un doblete del rival -Jardel para los turcos, Palermo para los argentinos- decidió el partido.
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