A Mourinho se le contrató en un contexto muy especial en la institución donde éramos la cómica en Europa, aunado al plano doméstico donde se perdió la Copa contra un 2da B (4-0
), en Liga se compitió hasta el final pero la diferencia a nivel de juego en los enfrentamientos directos ante el Barsa nos dieron una cura de realidad, que todavía seguíamos muy lejos a nivel de competitividad.
Con el portugués se perseguía recuperar competitividad y evidentemente se esperaban títulos con un técnico de mucho calibre, con la Champions en el horizonte. Al 2do año el barco parecía ir bien encaminado, pero el desgaste en el club ya se hacía notar. Quizás la derrota en semis ante el Bayern en penales causó más fracturas de las que se admitieron en su momento, nunca sabremos, pero daba la sensación que esa era y fue la gran oportunidad que tuvo Mourinho para llevarse la orejona con nosotros. No se dio y ya sabemos el deterioro acelerado que ocurrió durante su tercer año. Simplemente insostenible.
En el balance general, es cierto que con Mourinho se recuperó dicha competitividad, pero no se logró el objetivo fundamental que era conquistar la Champions, allí estuvo su gran lunar. Si a eso se le suma el desgaste y deterioro que hubo durante su paso, pues quizás sea acertado decir que dejó un sabor agridulce su gestión. Se esperaba más y no se lograron los objetivos pautados.
Mourinho sigue siendo un gran técnico, cosa que a algunos les duele admitir, pero simplemente aquí no logró los objetivos, y el RM sigue siendo un gran club (cosa que también a algunos les duele admitir) que ha sabido dar ese salto adicional que el portugués no fue capaz de alcanzar.
No hay más, ambas partes están mejor por caminos separados.