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Los diez blancos mandamientos
Tras tres años recopilando 'información', navegando entre papeles y con la trompetilla bien calada en el oído izquierdo para no perder detalle de lo que se ha dicho, aquí os presento los Mitzvot, los diez mandamientos sagrados que deberá tener bien presente el próximo presidente del Real Madrid para que este club, por fin, aparezca lustroso y saludable y encare pleno de confianza y rumbo al éxito las turbulentas aguas del Siglo XXI.
Arrodíllense, hermanos madridistas, apréndanse el decálogo sagrado y abran sus carnes a una nueva era que nos llenará de orgullo y satisfacción, aunque vacíe la sala de trofeos, esa vulgaridad.
Oremos:
Amarás el Txuletón sobre todas las cosas, para así poder ir, al menos tres veces en semana, a departir amablemente con los Press boys a los asadores de moda. Prohibidos, pues, los vegetarianos. Si además te gustan las tertulias de sobremesa en las que corra el whisky etiqueta negra abundantemente, mejor.
No tomarás el nombre de los periodistas en vano, porque ellos son, en realidad, los presidentes del Real Madrid. Da igual que sea un becario kamikaze que un director al borde de la jubilación: ellos son mucho mejores gestores que ningún otro como demuestran las exitosas cuentas de sus empresas. El hecho de que no aparezcan en la lista de las 100 personas más influyentes del mundo según Time se debe exclusivamente a su humildad y escaso ánimo de aparecer en los papeles.
Santificarás el señorío, que no es sino dejar hacer al rival a su antojo su labor, permitiendo que te pinten la cara cada vez que te enfrentas a él. Extender la alfombra roja para que tus competidores te mojen la oreja es una obligación moral del madridista de bien, a la par que silba a su equipo en cada partido en que actúe como local. Fuera de casa le cedemos esa prebenda a la afición contraria.
Honrarás a La Floja y a Del Bosque, porque ellos son el espejo donde debe mirarse el Real Madrid: ganar todos los partidos por 1-0 sin tirar a puerta, que eso de chutar a trallón es de malas personas, y poder largarte de tu puesto de trabajo rechazando una renovación al alza y una medalla de oro y brillantes otorgada por sus dueños porque me llevo mal con el que hace las fotocopias.
No procrearás, porque como se te ocurra tener hijos los perseguirán hasta al cuarto de baño esperando que aparezcas para llamarte "hijo de pu..". Luego lo publicán, antes de editar el vídeo para que parezca un accidente.
No escribirás papelitos impuros, porque eso descoloca a los señores de la Prensa en las comparecencias públicas y deja en entredicho su reputación.
No protestarás. Podrán ponerte "en la frontera", titular a cinco columnas en portada "estás despedido" o inventarse eternas listas de candidatos a tu puesto de trabajo, aunque tengas contrato en vigor. Pero debes seguir siendo amable y afectuoso con ellos. Cuando los veas, de hecho, es mejor que les des dos besos en las mejillas (con alguno incluso a tornillo) que ofrecerles fríamente la mano.
No criticarás falsos testimonios. Podrán vender cualquier cosa contra tí, aún mintiendo: colegios de Lugano, empleados del hogar que se van, reuniones secretas en Londres, que si atropellases a alguien te darías a la fuga, te podrán vestir de líder de una secta, de homófobo, de omnívoro o lo que les dé absolutamente la gana. Tú tienes que limitarte a reírles las gracias.
No consentirás que les quiten las promociones. Una de tus labores obligatorias como entrenador del Real Madrid será que el club les siga ofreciendo productos oficiales para que puedan hacer caja con ellos a costa de los incautos. Por ejemplo, tendrán a su disposición entradas para la final de Copa contra el Atlético, entradas que el club deberá quitar a los socios pero repartirles a los medios de comunicación, los verdaderos dueños del club.
No codiciarás los futbolistas ajenos, excepto la semana antes de enfrentarte al equipo en el que milita ese jugador. ¿Que este fin de semana juegas contra el Betis? Tienes que decir que Beñat es el hombre. ¿Que toca el Atlético? ¡Hablemos de Falcao! Es un método infalible para que puedan aumentar sus ventas. Después, tendrás que ficharlos siguiendo sus designios, que una vez en el Comunio lograron 74 puntos una jornada.
Estos diez mandamientos también se resumen en dos:
Alinearás a Casillas sobre todas las cosas para que la novia del niño bonito no se enfurruñe, que vaya mala hostia gasta.
Exigirás poner un futbolín en Valdebebas. Que abras las persianas o no les da igual mientras haya un futbolo. Y de los de nueve bolas, ya puestos.
Podéis ir en paz, madridistas