A Leonardo Jardim, entrenador que sucedió a Ranieri tras una de las mejores temporadas del Mónaco del siglo XXI en Ligue 1 -aunque fue 2º-, no le tembló el pulso en la Champions League hace dos temporadas. En 2015, el Mónaco viajaba al Emirates para enfrentarse al Arsenal en la ida de los octavos de final de la Champions League. Jardim, lejos de los titulares que pedía la prensa, realizó una innovación táctica para entender al Mónaco actual: situó a Fabinho de pivote defensivo por primera vez -había jugado casi siempre de lateral derecho- y colocó au un joven Almany Touré de lateral derecho. Los más escépticos lo entendieron como un suicidio, pero, tras el transcurso del partido, se interpretó como una genialidad táctica inigualable durante mucho tiempo.
El Mónaco no sólo plantó cara en el Emirates, sino que doblegó a su rival por un contundente 1-3. La innovación táctica de Jardim, al que poco le importaba tener un equipo multimillonario para poner por delante a los jóvenes, le dio la fama. A raíz de dicha eliminatoria, el Mónaco se dio cuenta de que quizás el fichar a estrellas mundiales como James, Moutinho o Falcao no era una medida correcta como para llevar un proyecto tan a largo plazo. El club empezó a fichar jóvenes, a realizar cesiones y a confiar paulatinamente en su fructífera cantera, reconocida año tras año como una de las más productivas de Francia.
Kylian Mbappé (1998), está siendo una de las personas más comentadas de Europa en los últimos meses. El joven canterano del Mónaco realizó ante el Manchester City su actuación más completa desde que es profesional, y, pese a que es evidente que tenía que ser sí o sí su mejor su actuación debido a su imberbe edad, el extremo del Mónaco ya llevaba dos años disputando partidos con los profesionales del Mónaco. Una ascensión que recuerda a la que tuvo en su día Henry, pero a pasos agigantados.
Fiel a su estilo de cambiar la idea y provocar una revolución en Mónaco, Leonardo Jardim le dio por primera vez minutos el 2 de diciembre de 2015 en un partido ante el Caen. Mbappé dejó al mundo boquiabierto debido a su personalidad, a su insistencia por buscar el regate, a su elegancia a la hora de trazar jugadas y a su fuerte carácter -que quizás le puede penalizar-. Disputaría 55 minutos repartidos en su primera experiencia profesional y no necesitaría mas de 60 minutos para marcar su primer gol. Mbappé no sólo marcó, sino que se convirtió en el jugador más joven de la historia del Mónaco en marcar en la Ligue 1. Lo hizo con 17 años y 2 meses ante el Troyes y, a raíz de éste gol, su ascensión no tuvo límites. Antes, con 16 años y asi 12 meses, Mbappe se erigió como el jugador más joven en debutar en el Mónaco.
A raíz de sus buenas actuaciones, Mbappé firmaría su primer contrato profesional a la temporada siguiente. Había que tener calma con él, ya, que, pese a que el Mónaco está fichando a buenos jugadores para la posición de Mbappé, el canterano siempre ha estado ahí presente, sin hacer ruido, pero con unas actuaciones que asustaban a las defensas rivales. Mbappé, además, quizás pecando de inmadurez, se declaró madridista y confesó que rechazó una oferta de Zidane años atrás tras éste no considerarse lo suficientemente maduro como para jugar en un club de la entidad del Real Madrid.
A pesar de que todo el mundo habla del Mbappé en el Mónaco, su punto álgido llegó el pasado verano, cuando Francia se fue a tierras alemanas a disputar el europeo sub19. Los galos, por generación, contaban con una de las mejores de su historia, con jugadores ya asentados en Ligue 1 como Ludovic Blas (Guingamp), Jean-Kévin Augustin (PSG), Lucas Tousart (Olympique Lyonnais), Issa Diop (Toulouse) o Paul Bernardoni (clave en el Troyes y fichado en esa misma temporada por el Girondins Bordeaux), pero Mbappé, que venía con menos cartel que los citados, se marcó un torneo para enmarcar.
Cierto que Mbappé ya estaba acostumbrado a jugar con gente de mayor edad que la suya, su torneo fue una consagración para dar el salto definitivo a la élite. Francia comenzó perdiendo el primer partido ante Inglaterra con 10 minutos horribles que le costaron dos goles, pero, tras dicho encuentro, les jeunes franceses fueron una apisonadora durante todo el partido. Batelli, entrenador francés que fue duramente criticado tras el partido ante Inglaterra, decidió realizar una variación táctica en defensa que se traduciría en la explosión de Mbappé.
Batelli cambió a Boscagli, jugador del Niza y un central que había jugado el primer partido de lateral izquierdo por Maouassa, lateral izquierdo ya pretendido por el Sevilla, que milita en el AS Nancy y que es un puñal por la banda izquierda. El cambio benefició a Mbappé, al cual Batelli le dio libertad absoluta y que al espacio se coronó como una auténtica flecha. Su condición mixta de jugador al espacio y también de iniciador de transiciones por la zona ancha del campo, le dio un grado de importancia supremo, casi mayor que el de Augustin, que pese a que igualó el récord de Morata en goles en un torneo europeo sub19, sin la calidad y los pases de Mbappé su cifra de goles no hubiera sido tan alta.
Mbappé, que fue de menos a más en el torneo, realizó una de las mayores exhibiciones de su vida en las semifinales. Francia comenzó perdiendo ante Portugal, y, a diferencia del debut ante Inglaterra que tras ir por debajo en el marcador no pudo remontar, pero en éste, sí lo hizo, y mucha de esa culpa la tiene Mbappé. El canterano del Mónaco se echó el equipo a la espalda, desbordando constantemente, siendo una bala en la banda y definiendo a las mil maravillas. Participó en los tres últimos goles franceses y encontró en Blas (promesa del Guingamp que actualmente se ha estancado en detrimento de Coco) un socio ideal. Si Blas lanzaba el desmarque, Mbappé aprovechaba su elegante conducción para congelar el doble pivote rival y, si Blas llegaba a trazar su clásica diagonal por dentro, el balón al espacio siempre iba para Mbappé, siempre dos pulgadas más rápido que su rival como mínimo.
Francia terminó campeona de Europa sub19 del torneo y Jardim lo vio. Vio que Mbappé ya no era un niño pese a la minoría de edad. La transformación del joven y su aparición en el campeonato francés recuerda a las últimas de Fékir y Ousmane Dembele, jóvenes abusones que eran un quebradero de cabeza para cualquier entrenador.
El pasado mes de diciembre, el AS Mónaco le endosó un contundente 7-0 al Stade Rennais en la Coupe de la Ligue. En dicho encuentro, Mbappé jugó como si lo estuviera haciendo ante juveniles. Marcó su primer hat-trick, otra vez vapuleando el récord de ser el más joven del Mónaco en hacerlo, y no sólo eso, sino que fue el primer jugador del Mónaco en marcar un hattrick tan pronto de edad desde 1997. No sólo marcaría esos 3 goles, sino que repetiría el hattrick ante el Metz por 5-0. Todo eran elogios para Mbappé, que acabó el año 2016 más como una realidad que como una promesa emergente.
Con sólo 18 años, Mbappé ya suma 12 goles y 8 asistencias en todas las competiciones. El chavalín de Bondy marca o asiste cada 55 minutos, cifras que firmaría el mejor delantero del mundo. Su polivalencia es otra de las virtudes para poder jugar en el Mónaco. Jardim ya le ha usado de extremo izquierdo, de segundo punta o incluso de delantero centro pegado a Falcao, como le pudimos ver en el Etihad aunque era más un falso segunda punta.
Para un equipo con tantas alternancias de juego como el Mónaco, Mbappé es un futbolista idóneo. Si el Mónaco quiere jugar a la contra, como ya hiciera en el Etihad, el repliegue y el recurso del balón largo para buscar la espalda de las defensas es lo ideal para el canterano. Pero si por contrario, el Mónaco quiere tener la posesión de balón, Mbappé juega como los ángeles. Tiene además de electricidad -que ante equipos replegados es necesaria-, pausa, toque, elegancia, glamour y mucho carácter. Odia perder la pelota y cuando la pierde, se lanza como un alfil hacia su adversario.
Mbappé ha sido comparado con Henry por muchas cosas. En primer lugar, tanto Titi y Kylian son dos futbolistas que tienen un carácter notorio, que quieren tocar la pelota siempre que la jugada está en transición y que además, su descaro y su seguridad para encarar son del agrado del espectador.
Por otra parte, Mbappé y Henry son canteranos del Mónaco y curiosamente, ambos se convirtieron en el jugador más joven en debutar en el Mónaco -Mbappé se lo ha quitado Henry-, el francés más joven en marcar en Champions -Sólo Benzema supera a Mbappé en la edad- y, en el más joven en marcar en su equipo -Mbappé otra vez se lo ha birlado a su predecesor-. Henry partió al Arsenal tras triunfar en el Mónaco, y ahora a Mbappé le quiere el propio Wenger, pero parece que su destino podría ser el Real Madrid, Tottenham o el Barcelona, equipo donde Henry ganó un triplete siendo una pieza angular para Pep Guardiola precisamente.
La conducción con la cabeza elevada buscando siempre un socio con el que combinar, el tren superior inclinado hacia atrás para definir y, la facilidad que tiene para desbordar son rasgos que perfectamente serían definitorios de Thierry Henry. Mbappé los posé, los debe cuidar y como el propio Batelli diría tras el europeo sub19, los debe madurar. La madurez es algo que le falla porque debido a su fuerte carácter, hay momentos en los que Mbappé se va del partido y se encara con rivales contrarios -En el europeo sub19 era frecuente cuando no le salían las cosas bien-
Mbappé ya es conocido en Europa, ya está siendo comparado con Henry y, es un hecho que saldrá pronto del Mónaco. L’Equipe ya le ha estimado como el jugador con mayor valor de la plantilla del Mónaco (cifra que oscila entre 60 y 80 millones) y el propio diario da por hecho que Manchester United, Tottenham, Barcelona o Real Madrid buscarán su fichaje en el próximo verano. Sin duda, estamos ante una de las mayores joyas de la prolífica cantera francesa de la última década.
http://www.garrinchamagazine.com/2017/0 ... is-mbappe/
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