Ni es un cono de obra ni se puede comparar (a día de hoy) con Casemiro, que repartió estopa, rascó, golpeó, encimó, robó, hurtó, sobó y cortó como pocos lo que no está en los escritos durante nueve temporadas para este escudo.
Este hombre tiene algunos días bastante decentes y hay que reconocer que también algunas acciones resolutivas. Aunque su primer buen patadón es siempre tarjeta amarilla, cosa de la que Casemiro se cuidaba muy mucho. De momento, "es lo que hay".