Tabarnia escribió:degas escribió:La ministra de Justicia alemana ve "absolutamente correcta" la decisión sobre Puigdemont y añade que ahora España tendrá que explicar por qué lo acusa de malversación: "No será fácil". Si no lo hace "Puigdemont será un hombre libre en un país libre"
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Qué mal día para sentirse no indepe.
Supongo que será un problema de la traducción. La Euroorden no finciona como se supone nos dicen en esta noticia. El juez regional alemán se debe limitar a comprobar si los delitos por el que se acusa a Puigdemont en España los son también en Alemania, no hay que presentar ninguna prueba como quieren decirnos en la noticia que ha declarado la ministra de justicia alemana. Por ello el tema de la malversación no hay que demostrarlo, solo comprobar si ese delito existe en Alemania.
El error ha venido porque el juez regional alemán ha dictado que la violencia no fue lo suficiente para que se considere un delito de alta traición que es como se denomina en Alemania al delito de rebelion. Ahora es el juez del Supremo Llarena quien debe decidir si recurrir a la justicia europea porque el juez regional alemán ha juzgado el delito y no se ha limitado a comprobar si rebelion es equivalente al delito de alta traición. Veremos que decide Llarena, pero que no se felicite tanto Puigdemont que todavía se puede llevar una sorpresa si Llarena acude a la justicia europea y esta decide que la euroorden no ha sido atendida reglamentariamente.
Sigamos esperando acontecimientos...
Exacto al cien por ciento lo escrito por Tabarnia. Yo no soy leguleyo pero en mi familia hay un montón y alguno me lo ha explicado. En solicitudes de extradición intra-UE los tribunales no son de casación o de tratamiento del fondo de una decisión de justicia o un auto original de procesamiento; lo que se espera de ellos es pronunciarse sobre la idoneidad de un procedimiento de extradición en base a la compatibilidad/correspondencia (no simétrica, por supuesto) entre los dos códigos penales.
La idea de recurrir al tribunal europeo (no sé si lo hará Llarena) se debe a esa anomalía, a lo atípico de la respuesta de la jueza alemana. Esta señora, al parecer, en poquísimo tiempo, aunque disponía de dos meses para hacerlo, pudo leer el auto del juez Llarena, leer la argumentación del fiscal alemán, contrastar con el derecho alemán la tipificación de los presuntos delitos, analizar la pertinencia del concepto de violencia en el caso de Puigdemont, argumentar al respecto... pero no tuvo tiempo de analizar en profundidad la malversación. A pesar de todo quiso redactar y publicar su primera decisión, con una urgencia tan grande que su texto viene plagado, en alemán, de numerosas erratas y de serios problemas de sintaxis y ordenamiento de párrafos.
Extrañísimo.