El Getafe se llevó los tres puntos ante un Barcelona muy deficiente en el que solo destacó Iniesta. Un solitario gol de Manu del Moral en la primera parte certificó la segunda derrota blaugrana en esta Liga, en la que sigue mostrándose inoperante lejos del Camp Nou. Ronaldinho, una vez más, no dio señales de vida sobre el terreno de juego.
Bajo la atenta mirada de Fabio Capello, presente en el palco del Coliseum, el Barça se dejó avasallar por un Getafe que dejó atrás definitivamente su mal inicio de temporada, certificando que es más equipo de lo que se ha visto hasta ahora. El equipo culé volvió a Getafe, su particular 'Triángulo de las Bermudas', donde el año pasado comenzó su cuesta abajo, y volvió a salir escocido.
Comenzó bien el Barcelona, incluso llegó a intimidar al Pato Abbondanzieri gracias a la verticalidad de Messi y a la sorprendente profundidad de Puyol, que parecía un cohete cada vez que avanzaba por el carril derecho, posición que ocupó hoy debido a la vuelta de Milito al eje de la defensa.
La ocasión más clara de los azulgranas (hoy de naranja) en la primera mitad fue a cargo de la conexión Iniesta-Henry, que cada día está más engrasada. Un regate espléndido del canterano en su propio campo, seguido de un pase marca 'La Masía' entre el mínimo hueco que dejaron los centrales getafenses fue como poner un bombón en la boca del francés, que inexplicablemente estrelló el cuero contra el portero local.
Manu pone a prueba al Barça
Pese al buen inicio culé, el Getafe golpeó primero. Se había cumplido el minuto 27 cuando una falta cometida por Puyol sobre Uche se convirtió en el primer gol del encuentro, firmado por Manu del Moral, que aprovechó un tremendo boquete que se abrió en la defensa culé, donde Thuram, Abidal y Milito se quedaron mirando
Era el momento de que el Barça se sacudiera los fantasmas que le persiguen cuando juega lejos de Arístides Maillol, fantasmas que le han llevado a perder 9 puntos fuera en lo que llevamos de Liga y que hacen pensar que no sirve de mucho conseguir invariablemente el botín completo en casa para dejárselo por el camino cuando salen del Camp Nou.
Pese a ir por detrás, la mentalidad del Barcelona seguía siendo la de tener el balón buscando el inevitable hueco que tendría que dejar el 'Geta' en alguna ocasión. Pero el Getafe resultó ser un hueso muy duro de roer, bien plantado en el campo y demostrando que el planteamiento de Laudrup, continuista con el proyecto de Schuster, lleva mejor camino que el mostrado en las primeras jornadas del campeonato.
Ronaldinho y Messi, al banco
Rijkaard intentó activar a su equipo dando entrada a Giovani en lugar de Ronaldinho, una vez más desaparecido en combate. El brasileño no pudo intimidar en la noche de hoy ni siquiera a balón parado, y el Coliseum Alfonso Pérez le despidió con una sonora pitada. Su sustituto no mejoró la situación ofensiva del Barcelona, que en la segunda parte tuvo una actuación realmente indecente. Posteriormente, Bojan entró en lugar de Messi.
Aún pudo haber más goles, porque el árbitro se 'tragó' una mano clarísima de Touré dentro de su área que posiblemente hubiera certificado la tranquilidad para los locales, que se mantuvieron en el límite del bien, con el 1-0 temblando en el marcador a falta de mayor acierto por parte de sus delanteros.
La segunda parte fue un continuo monólogo de ineficiencia barcelonista, con traslados horizontales de balón sin crear ningún peligro. La desesperación barcelonista quedó patente cuando Zambrotta se autoexpulsó al entrar de forma salvaje sobre el tobillo de Lucas Licht. Con el tiempo cumplido, un contraataque del Getafe cerró el encuentro: Albín fue el encargado de cruzar el balón ante la semi-salida de Valdés. Ahora es cuando Rijkaard tiene que empezar a solucionar un problema, que se va a repetir un domingo sí y otro no: jugar fuera del Camp Nou.
El Valencia se acuesta a un punto del líder. Villa se reivindicó con dos goles. El juego del Murcia fue un "quiero y no puedo".
Tras cuatro derrotas consecutivas en Mestalla, el Valencia afrontaba el encuentro ante el Murcia con la intención de enderezar el rumbo y despejar las dudas surgidas en los últimos días respecto al equipo. Koeman apostó por la veteranía y la experiencia alineando a los tres capitanes en el once titular, Albelda, Baraja y Angulo. El holandés no tuvo reparo alguno en dejar fuera de la convocatoria a Joaquín y Fernandes por haberse retrasado durante la semana. Los murcianos, situados en la zona media de la clasificación, llegaban a Valencia con la intención de aprovechar el mal momento de los locales.
Tras unos primeros minutos de partido en los que las pérdidas de balón se apoderaron del juego, fue el Valencia el primero en llegar con claridad a la portería rival. Un fallo de Arzo permitió a Silva probar suerte con un disparo con la zurda que Notario despejó sin grandes alardes. El equipo local se hizo con el dominio del juego encerrando al Murcia en su área. El premio no tardó en llegar. Un lanzamiento de falta de Silva desde la banda derecha acabó siendo rematado de cabeza a la red por Helguera, sin oposición alguna por parte de la defensa pimentonera.
Con el tanto, el Murcia se vio obligado a adelantar líneas y a volcarse para intentar buscar el empate. Un disparo desviado de Regueiro desde dentro del área fue la primera muestra de peligro de los murcianos. El Valencia comenzó a encontrar espacios, y de eso se aprovechó Albelda poco antes de la media hora de juego. El capitán ché, con un preciso pase, dejó a Villa en posición inmejorable para que lograra el segundo tanto y la tranquilidad para toda la grada de Mestalla.
Todo estaba controlado, el partido encarrilado hacia la victoria y el rival obligado a ir a por todas. Mejor imposible. Aún así los hombres de Koeman no se conformaron con esperar las embestidas del rival para matar el partido a la contra, querían demostrar a su parroquia que estaban dispuestos a darlo todo para cambiar la dinámica de los últimos partidos. Los jugadores visitantes se vieron sometidos a una presión asfixiante cada vez que entraban en contacto con la pelota. Helguera y Albelda dominaron a la perfección el centro del campo, mientras que el hombre más incisivo del Murcia, Regueiro, no era capaz de sobrepasar la ordenada defensa valencianista.
Los dos conjuntos se marcharon a los vestuarios con caras bien distintas. El Valencia con la del trabajo bien hecho, y el Murcia con la cara de la desolación tras ver que el partido se les había puesto muy cuesta arriba por las imprecisiones defensivas.
Más de lo mismo
Nada cambió en la segunda mitad. El Murcia, aunque lo intentaba, era incapaz de elaborar una jugada. El acoso de los jugadores del Valencia era tan grande que no permitía a los de Alcaraz dar tres pases seguidos. Tan sólo cinco minutos bastaron a Silva para dejar en bandeja el tercer gol a Villa. El delantero asturiano aseguraba la victoria local cuando aún restaban cuarenta minutos de partido.
Los aficionados valencianos se frotaban las manos pensando en una goleada que sirviera a su equipo para olvidar los males de los últimos partidos. La relajación de los de Koeman, provocada por el "quiero y no puedo" de su rival, evitó que la goleada fuese mayor. El resto de la segunda mitad se convirtió en un intercambio de llegadas al área rival sin peligro alguno.
El Valencia se acuesta a un punto del líder, posición inmejorable para pelear por todo en la Liga a pesar de lo acontecido en las últimas semanas en el club. El Murcia se verá alcanzado por alguno de sus rivales directos en la lucha por la permanencia con la disputa de los partidos restantes de la jornada.