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El clásico del próximo sábado es de vital importancia para el FC Barcelona. Media Liga está en juego para el cuadro catalán, que no puede ceder más ventaja al Real Madrid si aspira a revalidar el título por cuarto año consecutivo. El partido, se intuye, será intenso, sin tregua. Incluso con algún cortocircuito. Se jugará al límite por ambos cuadros. El madridismo, avalado por los resultados de su equipo, anda confiado. Tiene ganas al Barça. Se siente preparado para discutir de tú a tú al campeón. El barcelonismo, por su parte, confía en el ilimitado talento de sus representantes, capaces de encadenar cinco visitas al coliseo blanco (precisamente las cinco últimas) sin doblar la rodilla. Y, obvio, confía en su paladín: Leo Messi. El argentino ha sido capaz de cantar goles (¡siete!) en las últimas cinco visitas al Bernabéu.
La `Pulga¿ tuvo un bautizo inolvidable en feudo madridista. Saltó como titular en el equipo que Frank Rijkaard presentó el 19 de noviembre del 2005 y que goleó 0-3 al conjunto blanco. Fue aquella inolvidable actuación de Ronaldinho, autor de dos goles antológicos que pusieron el Bernabéu a sus pies. El Barça salió aplaudido. Messi, que jugó 69 minutos, vivió su primer clásico de la mejor manera posible. Un recuerdo imborrable.
En las dos temporadas siguientes le tocó experimentar la otra cara de la moneda (dos derrotas consecutivas en Madrid, 2-0 y 4-1). Solo un `hat trick¿ en el Camp Nou el 10 de marzo del 2007 le endulzó su historia en los clásicos. Fueron sus primeros goles, pero no sirvieron para ganar (3-3).
Con la llegada de Pep Guardiola al banquillo del FC Barcelona la dinámica fue otra y empezó la leyenda de Messi como `bestia negra¿ del Real Madrid. Y la leyenda dice que en 15 clásicos, el argentino ha convertido 13 goles (6 firmados en el Camp Nou y 7 en el Bernabéu), que siempre ha sido titular, que ha defendido el pabellón barcelonista en 1.359 minutos y que `castiga¿ al rival cada 104,5 minutos.
EL MEJOR INICIO
La racha de Messi en el Bernabéu empezó con el histórico 2-6, un triunfo con rango de título. Dos goles se apuntó el argentino, a los que siguió uno más en la no menos importante victoria por 0-2 la temporada siguiente. Y repitió en la campaña posterior (1-1). Luego llegó el duelo de la Champions League (semifinal, ida), y Messi volvió a ser decisivo. Firmó los dos goles del Barça (0-2) y abrió la puerta a la final de Wembley. No acabó ahí su espectacular racha. En verano, en la ida de la Supercopa de España, anotó uno de los dos goles del Barça (2-2). Y el sábado quiere seguir haciendo historia porque puede `mojar¿ en su sexta visita consecutiva al Bernabéu y, por vez primera, anotar en tres clásicos consecutivos. Y cuando se habla de Messi (¡207 goles oficiales con el primer equipo en 292 partidos!) todo es posible.