Ese es un interesante debate. Siempre he dicho que ZZ no es un entrenador que sirva, al menos a mi no me lo parece, para encabezar revoluciones y ni siquiera cambios sutiles en una plantilla. Le concedo que, y siempre bajo mi criterio, que sí tiene buen ojo para hacer fichajes. Pero como formador no me parece el más adecuado más allá de lo que pueda aportar como experiencia en la élite. Tampoco lo considero un prodigio táctico. Creo que sus éxitos se basan fundamentalmente en mantener cierta paz en el vestuario y saber gestionar egos. Esto que puede ser algo que a mucha gente le parece un demérito, a mi me parece una virtud que no debe ser despreciada a la ligera, y que ha sido la base de sus éxitos como entrenador, y que le ha llevado a triunfar donde otros fracasaban.hitzeko escribió:Decía Hamlet que era capaz de hacer todo lo que puede hombre, y quien se atreve a más no lo es.
Zidane, en esta versión francesa de dar lo que sabe y no poder exigirle más, es el Hamlet de nuestra tragedia.
Al final tienes un señor que está ahí por llamarse Zidane y que han reunido de unos Bettoni y compañía con la idea de que la fama de uno y la profesionalidad de otros haga bueno lo que tenemos.
Pero lo que está haciendo bueno a los que tenemos, es el peor barça de la década. Y así incluso nosotros podemos competir desde la ineptitud.
Lo cierto es que si la propuesta fue fichar a los chavales para hacer olvidar a los veteranos, peor formador no podíamos tener. Y si hablamos de traer una propuesta de juego al equipo, solo contamos con un alineador asesorado.
Ya no hay Cristianos ni Modrics o Marcelos en bonanza. Ahora toca recoger la siembra de semillas brasileñas o incluso uruguayas que Zizou ni se molesta en regar, y además le toca lidiar con lo que no quiere y trae su presidente.
La gran tragicomedia de un Madrid sin rumbo ni identidad, que en España quiere ser el mejor de los peores y puede que nos baste.
Creo que esta temporada la va a terminar para bien o para mal, y estoy casi seguro que no va a seguir otra más. Espero que el año que viene se acometan los cambios imprescindibles para renovar una plantilla que poco dá más de sí y se elija a la persona adecuada para dirigirla.