Aunque, a falta de 6 jornadas, está aún lejos, prefiero la humillación, perdón quiero decir el pasillo, vendería mi alma al diablo por ver a esa banda de culerdos aplaudir al más grande del mundo y puestecitos en fila con las cabezas agachaditas al suelos ante el deslumbrate brillo blanco Ariel. Joder sería un orgasmo emocional dificil de reprimir. Culerdos si teneis lo que hay que tener habrá que seguir con la tradición y con el Lapuerta a la cabeza al principio del pasillo.