Moufinger escribió:Podéis inventar las teorías conspirativas que queráis, que el ÚNICO responsable de asesinar es quien empuña un arma. PUNTO. Si vamos a buscar responsabilidades de tercer grado indirecta podemos tirar del hilo hasta tal punto de hacer responsable a todo el mundo menos a quien asesina. Es la misma mierda de excusa para los etarras y la misma mierda para esta escoria radical islámica cuyo único lugar ideal donde estar debería ser bajo tierra.
El que fabrica el arma y te crea conflictos para usrala también tiene parte de la culpa digo yo.
Moufinger escribió:Podéis inventar las teorías conspirativas que queráis, que el ÚNICO responsable de asesinar es quien empuña un arma. PUNTO. Si vamos a buscar responsabilidades de tercer grado indirecta podemos tirar del hilo hasta tal punto de hacer responsable a todo el mundo menos a quien asesina. Es la misma mierda de excusa para los etarras y la misma mierda para esta escoria radical islámica cuyo único lugar ideal donde estar debería ser bajo tierra.
El que fabrica el arma y te crea conflictos para usral también tiene parte de la culpa digo yo.
Pero como he dicho, si tiramos tanto del hilo, hay cuerda para todos. Todos participan en este gran negocio del conflicto y la guerra, y todos se venden armas unos a otros. Al final llegamos a un punto donde el último culpable es el zumbado que decide usar el arma para volarle la cabeza a alguien y eso no puede ser así. Además, las alianzas entre estados están cambiando continuamente y hoy hay unos intereses y mañana hay otros distintos, hilar tan fino es prácticamente imposible porque al final no llegas a ninguna conclusión.
Moufinger escribió:Podéis inventar las teorías conspirativas que queráis, que el ÚNICO responsable de asesinar es quien empuña un arma. PUNTO. Si vamos a buscar responsabilidades de tercer grado indirecta podemos tirar del hilo hasta tal punto de hacer responsable a todo el mundo menos a quien asesina. Es la misma mierda de excusa para los etarras y la misma mierda para esta escoria radical islámica cuyo único lugar ideal donde estar debería ser bajo tierra.
El que fabrica el arma y te crea conflictos para usral también tiene parte de la culpa digo yo.
Pero como he dicho, si tiramos tanto del hilo, hay cuerda para todos. Todos participan en este gran negocio del conflicto y la guerra, y todos se venden armas unos a otros. Al final llegamos a un punto donde el último culpable es el zumbado que decide usar el arma para volarle la cabeza a alguien y eso no puede ser así. Además, las alianzas entre estados están cambiando continuamente y hoy hay unos intereses y mañana hay otros distintos, hilar tan fino es prácticamente imposible porque al final no llegas a ninguna conclusión.
Conclusión: el mundo es una mierda, lleno de hipócritas y intereses, puede ser que la humanidad merece lo que está pasando.
claro que el mundo es una mierda , no estoy de acuerdo en eso de que el unico responsable es el que pega el tiro , peor es el que inducce a pegarlo .los que mandan a ir buscar cabezas nucleares que nunca aparecen matan a miles sino millones de soldados de ambos bandos y civiles y aqui no pasa nada ,no sale en los medios no se juzgan ni se imputan siquiera por crimenes . unos locos matan unos europeos y se escandaliza todo el mundo .es como si en los tiempos de eta españa en vez de buscar terroristas se pusiera a bombardear el pais vasco ,yo tendria rencor tb .pero estas cosas cambian tb, eso que llaman alianzas mañana en canarias encuentran un campo petrolifico de la ostia y lo que con mariano es una democracia se convierte en el regimen mariano si no te bajas los pantalones con el pais dominante
El día sin pantalones en el metro será este domingo en Avenida América.
Vuelve a Madrid el «Día Sin Pantalones en el Metro». El evento, que consiste en que distintos pasajeros abordan los trenes de Metro desde distintas estaciones y llegan a un mismo lugar sin llevar los pantalones puestos, se celebrará por sexto año consecutivo en el suburbano madrileño con un objetivo: superar la cifra de participantes de la pasada edición, que rondó las noventa personas. La «quedada» será las 16 horas.
Nacido en Estados Unidos hace 14 años, el «No Pants Subway Ride» comenzó en Nueva York con un pequeño grupo de siete chicos y ha ido creciendo en popularidad hasta convertirse en una celebración internacional, con docenas de ciudades alrededor del mundo participando y sumándose cada año. Por el momento, 40 personas han confirmado su asistencia en Facebook y otras 34 «tal vez asistan».
Para participar, los únicos requisitos son estar dispuesto a quitarse los pantalones en el metro, mantener una actitud natural al respecto y llevar ropa interior adecuada, lo que excluye tangas, slips ajustados, dibujos o frases inapropiadas en las prendas. http://www.abc.es/madrid/20150109/abci- ... 90045.html
Las frikadas gringas, quien se apunta
Se llamaba Ahmed y está muerto. Lo que puede decirse para compensar lo anterior es que murió por algo. Lo hizo mientras trataba de proteger y defender a sus conciudadanos de un ataque criminal. Es posible que aquellos a quienes protegía no terminaran de gustarle. Entre otras cosas, hacían chistes con el profeta de la religión que Ahmed profesaba y llamaban imbéciles a sus seguidores o, para ser más exactos, a una parte de ellos. También coincide que aquellos a quienes se enfrentó, y que lo mataron, invocaban el nombre de su Dios y decían desagraviar al profeta. Ninguna de estas circunstancias, que habrían podido confundir a más de una mente ofuscada, disuadieron a Ahmed, ni siquiera le hicieron dudar, de ponerse ahí, en medio, donde el fuego y el plomo de los asesinos acabaría con su vida.
Ellos se llamaban Said y Chérif y están también muertos. Sin embargo, Said y Chérif murieron por nada, para nada, en la misma nada en que decidieron convertirse cuando abrieron la puerta de sus mentes a las voces que los incitaban a la reivindicación de su fe por el odio y la muerte, cerrándola a todo lo demás. Cuando, en vez de ideas, sentimientos o esperanzas, aceptaron que sus cabezas pasaran a contener una oquedad negra que otros manipulaban y que los condenaba a matar y morir. Los Said y Chérif primero se manchan las manos de sangre ajena y luego acaban abatidos, liquidados como perros rabiosos y untados en la propia, mientras en algún lugar tipos de mente y corazón mugrientos siguen sobando y predicando los detritos ideológicos producidos desde hace siglos por doctrinarios igualmente mugrientos, a fin de que otros Said y otros Chérif, infectados por ellos, empuñen las armas para seguir matándose y matando a quienes no comparten su vacío y su miedo.
Said y Chérif, puede ser y hay que decirlo, no lo tuvieron fácil. Se les ofreció una ciudadanía, una educación, una sanidad, etcétera, pero al mismo tiempo, por llamarse Said y Chérif, por vivir en su barrio y por todo lo que eso invisiblemente atraía sobre ellos, les ponía las cosas más difíciles que al resto. Las estadísticas son frías y mienten, pero no del todo: el desempleo entre los musulmanes franceses es mayor que entre los no musulmanes, y franceses hay que apartan con un mohín el currículum de quien se presenta con rostro y nombre de sarraceno. A eso, súmese la tendencia que todo humano tiene, en medio de los apuros, a volverse hacia quien se ofrece como redentor, como restituidor del orgullo perdido, y máxime cuando quien eso hace reivindica la idea de "los nuestros" frente a "los otros".
Sin embargo, Said y Chérif, como cualquiera que nazca de mujer, como Ahmed y como las chicas musulmanas que acudirán con su hiyab a las manifestaciones para alzar en una mano un libro de uno de los dibujantes asesinados y en otra una vela en señal de duelo, portaban en su cráneo un cerebro capaz de ver más allá de todo eso, de escoger y seguir otro camino. Sus muertes, las de ambos y las que causaron, les corresponden por derecho propio, sin que les valgan excusas, como no valdrán a quienes decidan seguirlos en su dimisión como seres inteligentes para rebajarse a sicarios del rencor. Sobre sus lápidas y sus rostros sólo los dimitidos como ellos podrán (pero ni siquiera perderán mucho tiempo en ello, hay que seguir haciendo rodar los engranajes del vacío) poner algún tinte de gloria. Para el resto, sus nombres y sus rasgos son ya ceniza amarga e inútil.
Por eso mismo, porque el fanatismo acecha, y no sólo bajo la religión de Said y Chérif, no sólo bajo las religiones, e incluso entre quienes dicen repudiarlo, conviene repetirlo: se llamaba Ahmed, está muerto y murió por algo. Para hacernos ver que el odio es opcional, incluso si uno nace musulmán. Para avergonzar a quien despotrica contra los Ahmed y no se juega la vida.
Se llamaba Ahmed y está muerto. Lo que puede decirse para compensar lo anterior es que murió por algo. Lo hizo mientras trataba de proteger y defender a sus conciudadanos de un ataque criminal. Es posible que aquellos a quienes protegía no terminaran de gustarle. Entre otras cosas, hacían chistes con el profeta de la religión que Ahmed profesaba y llamaban imbéciles a sus seguidores o, para ser más exactos, a una parte de ellos. También coincide que aquellos a quienes se enfrentó, y que lo mataron, invocaban el nombre de su Dios y decían desagraviar al profeta. Ninguna de estas circunstancias, que habrían podido confundir a más de una mente ofuscada, disuadieron a Ahmed, ni siquiera le hicieron dudar, de ponerse ahí, en medio, donde el fuego y el plomo de los asesinos acabaría con su vida.
Ellos se llamaban Said y Chérif y están también muertos. Sin embargo, Said y Chérif murieron por nada, para nada, en la misma nada en que decidieron convertirse cuando abrieron la puerta de sus mentes a las voces que los incitaban a la reivindicación de su fe por el odio y la muerte, cerrándola a todo lo demás. Cuando, en vez de ideas, sentimientos o esperanzas, aceptaron que sus cabezas pasaran a contener una oquedad negra que otros manipulaban y que los condenaba a matar y morir. Los Said y Chérif primero se manchan las manos de sangre ajena y luego acaban abatidos, liquidados como perros rabiosos y untados en la propia, mientras en algún lugar tipos de mente y corazón mugrientos siguen sobando y predicando los detritos ideológicos producidos desde hace siglos por doctrinarios igualmente mugrientos, a fin de que otros Said y otros Chérif, infectados por ellos, empuñen las armas para seguir matándose y matando a quienes no comparten su vacío y su miedo.
Said y Chérif, puede ser y hay que decirlo, no lo tuvieron fácil. Se les ofreció una ciudadanía, una educación, una sanidad, etcétera, pero al mismo tiempo, por llamarse Said y Chérif, por vivir en su barrio y por todo lo que eso invisiblemente atraía sobre ellos, les ponía las cosas más difíciles que al resto. Las estadísticas son frías y mienten, pero no del todo: el desempleo entre los musulmanes franceses es mayor que entre los no musulmanes, y franceses hay que apartan con un mohín el currículum de quien se presenta con rostro y nombre de sarraceno. A eso, súmese la tendencia que todo humano tiene, en medio de los apuros, a volverse hacia quien se ofrece como redentor, como restituidor del orgullo perdido, y máxime cuando quien eso hace reivindica la idea de "los nuestros" frente a "los otros".
Sin embargo, Said y Chérif, como cualquiera que nazca de mujer, como Ahmed y como las chicas musulmanas que acudirán con su hiyab a las manifestaciones para alzar en una mano un libro de uno de los dibujantes asesinados y en otra una vela en señal de duelo, portaban en su cráneo un cerebro capaz de ver más allá de todo eso, de escoger y seguir otro camino. Sus muertes, las de ambos y las que causaron, les corresponden por derecho propio, sin que les valgan excusas, como no valdrán a quienes decidan seguirlos en su dimisión como seres inteligentes para rebajarse a sicarios del rencor. Sobre sus lápidas y sus rostros sólo los dimitidos como ellos podrán (pero ni siquiera perderán mucho tiempo en ello, hay que seguir haciendo rodar los engranajes del vacío) poner algún tinte de gloria. Para el resto, sus nombres y sus rasgos son ya ceniza amarga e inútil.
Por eso mismo, porque el fanatismo acecha, y no sólo bajo la religión de Said y Chérif, no sólo bajo las religiones, e incluso entre quienes dicen repudiarlo, conviene repetirlo: se llamaba Ahmed, está muerto y murió por algo. Para hacernos ver que el odio es opcional, incluso si uno nace musulmán. Para avergonzar a quien despotrica contra los Ahmed y no se juega la vida.
Y había otro que se habló muy poco de él (Mostafa) de 60 años que trabajaba como corrector en la revista Charlie Hebdo.
Parece ser que los ataques de Francia están preparados por Al qaeda de Yemen, porque ha salido un video de un líder amenazando a cualquiera que insulta al profeta y asumiendo responsabilidad de los atentados.
Condenado el ataque de Al Qaeda hay que decir una cosa, tampoco es justificable que Charlie Hebdo haga uso de la provocación gratuita. Vivimos en unos tiempos en que la supuesta libertad de expresión ampara todo, da igual que digas que todas las mujeres son unas pu..., que te dan asco los negros y los moros o que al Papá o al Iman le pueden dar bien por culo, todo vale, amparados en publicaciones independientes o el anonimato de Internet parece que todo se puede decir. Como lo pienso lo digo sin filtro ninguno, hay unas normas de convivencia y de respeto. Igual que veo mal que se queme una bandera española o catalana, que se queme un crucifijo o que se humille a ciertas personas (por desagradables que sean) veo igualmente excesivo ciertos chistes de mal gusto que no tienen sensibilidad ninguna con otras culturas. Si hay cierta ironía se puede entender, y no justifica jamás la violencia, pero hay que respetar a los otros si quieres respeto a ti mismo.
Y me meto en el saco porque a veces todos caemos en la descalificación.
A mi lo de las viñetas sinceramente tambien me parece una provocacion, pero esa y muchas otras que hacen.
Creo que hay mas maneras de hacer humor que faltando el respeto.