El chulismo,by Santi Nolla
Mientras el Atlético de Madrid practica el 'cholismo', un movimiento inspirado en el técnico Diego Simeone que se basa fundamentalmente en aplicar humildad, intensidad y solidaridad en el equipo, en el Madrid, Cristiano Ronaldo practica el 'chulismo'. Ese es un movimiento inspirado en el delantero portugués del Real basado en el ego, la obsesión y la prepotencia.
Ronaldo necesita todo un aparato de comunicación detrás para ir enmendando los errores naturales. Si no dedica el premio del Balón de Oro a sus compañeros, luego se monta una foto en el entrenamiento o se dice que el grito era un homenaje al vestuario. Si comete una agresión, luego hay un Community Manager que en las redes sociales pide perdón. A los propios árbitros les cuesta señalar en el acta lo que es y una agresión la convierten en "dar una patada" obviando otras acciones. El club salta con un comunicado oficial cuando alguien duda de que se le pueda dar el Balón de Oro y Blatter aún vive atemorizado por sus malas imitaciones. Mendes, el agente símbolo del dinero frente a los valores, hace su trabajo también para vender la imagen del crack, un indiscutible excelente futbolista.
Lo peor no es la agresión aunque sea reincidente. En un campo de fútbol eso puede pasar. El 'chulismo' se asienta en el gesto posterior, en ese acto de limpiarse el escudo, una vez ha visto la tarjeta roja, despreciando al rival, a los aficionados de Córdoba, algunos de los cuales lo aclamaron al llegar a la ciudad. Ese es el gesto más despreciable, el que se asocia a aquello que dijo de que le tenían envidia porque era guapo, tenía dinero y era buen futbolista. Ese gesto es el que lo define como un mal deportista. No está en duda su capacidad física o técnica, de número uno, lo realmente lamentable es ese 'chulismo' que no ha parado de ejercer, a pesar de las campañas de imagen que le han ido y le van montando.
En Barcelona siempre tienen la razón tetes,SIEMPRE.