Se abre la brecha entre Cristiano Ronaldo y Bale
Cristiano Ronaldo y Gareth Bale, cada día que pasa, están más distanciados. No hasta el punto de no hablarse, pero casi. Se respetan como profesionales y punto. Dicho distanciamiento no es público, pero Sportyou ha podido saber que el hilo conductor responde al egoísmo particular de cada jugador. Su relación es distante dentro y fuera del campo, una situación que está perjudicando el juego y la convivencia del propio equipo. Baste con rebobinar el encuentro del Camp Nou y fijarse en un contragolpe del Real Madrid dos contra dos. Bale conducía el balón y tenía un pase claro con el exterior para Cristiano, solo para afrontar el uno contra uno con el portero. Hubo ceguera en el galés. No levantó la cabeza y optó por apurar la acción individual, que fue desbaratada por Piqué.
A unos metros, Cristiano mascullaba el enésimo cabreo. No era la primera vez. Ni quizás sea la última. Bale ha sido tachado en muchas ocasiones de ‘chupón’ y de individualista, lo que le ha costado más de una crítica de la grada y el enojo de Ronaldo. Este ha sido el principal punto de fricción entre los jugadores, pero la distancia se ha agrandado por otros motivos. De un lado, Gareth no se ha incrustado en el corazón del equipo. Vive a su aire y sólo hace piña con Luka Modric, una amistad labrada durante su estancia en el Tottenham Hotspur. Pero nada más.
Además, Bale ha encontrado en Florentino Pérez y en su discurso de convertir al galés en la piedra angular del Real Madrid del futuro otro motivo para molestar a Cristiano. CR ha sido el jugador franquicia del Real Madrid hasta hace unos meses, ya que ha pasado de ser intocable a que su salida sea valorada por un sector de la Junta Directiva, una filtración interesada desde la zona noble del Santiago Bernabéu. Este mensaje ha llegado a oídos del portugués, que ahora no se siente protegido por el presidente del Real Madrid. Es más, en la última comparecencia pública para desmentir una información en la portada del diario Marca, Florentino Pérez comentó que el futuro del Real Madrid se llamaba Bale y que había que cuidarlo (reflexión por los pitos de la grada al galés), mientras que no fue tan cariñoso con CR con el ‘affaire’ del cumpleaños y el ‘partir tarima’.
Con todas estas claves encima de la mesa, es lícito que Cristiano Ronaldo (30 años) se sienta desplazado por el mandamás y que sienta celos de Gareth Bale (25 años), hoy el hombre llamado a ser el próximo Balón de Oro, siempre según su presidente. Pero antes hay que finalizar la temporada, con esta tensión en el vestuario.
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Quieren vender al que mete 50 goles por temporada y quedarse con el que pone 5 pases más que Casillas en un partido y pierde 1 de cada 2 balones
