No recuerdo (que me corrijan los mayores) un
pique tan grande del público con un jugador de la selección española como el que tienen con
Piqué. La gente silva cada balón que toca (le
abuchean). Creo que es algo
sin precedentes, al tiempo que
justo.
El
público se dice que es
soberano. Puede
aplaudir al rival, cuando es superior y puede abuchear o silvar a sus jugadores, cuando no los quiere. (Es el caso contrario que
Iniesta (también del Barça), que es
ovacionado en cada estadio que juega (aunque sea en Villaconejos de Abajo).
El público
detesta a un jugador como
Piqué que no ha asimilado los conceptos que se suministran desde pequeños a los niños que juegan al fútbol ("
valors") en una
Cantera de primera, y que
desprecia al rival, se mofa, y, en una palabra, es
antideportivo, a la par que
independentista,
catalanista, antimadridista, es decir, en una palabra, una
persona indigna de vestir esa camiseta roja de la
selección española.
El
público (que es soberano)
no le quiere, y lo echa a patadas, o a silbidos, de los campos de fútbol.
Normalmente el público nunca se equivoca en sus manifestaciones. Y están
hasta el gorro de este jugador impresentable.
Y todavía el
Marqués (cuyos "árboles no le dejan ver el Bosque"), pone
cara de paisaje, de conserje de barrio de tercera, y dice que
no sabe qué pasa, que la gente no debería pitar a un jugador de la selección española, y que
no entiende nada.
Y es que por ponerte la camiseta de la selección, no se te borran todos tus "pecados"
antideportivos, independentistas, catalanistas, de mala educación, sino, al contrario, se hacen
más patentes, porque la gente no quiere que una persona antideportiva, que
no sabe estar, catalanista, independentista, que se mofa del rival, y, sobre todo, ya mayorcita como para entender todo esto, se ponga esa camiseta como la de la selección española que representa otros valores, y a otra mucha gente que siempre fue digna de llevarla. Y la
gente NO quiere que Piqué lleve esa camiseta de nuestra selección.
Al contrario que
Iniesta, que puede ser
también del
Barça, pero
respeta siempre al rival, es deportivo, no se mete en zarandajas políticas independentistas, y
no se ríe de nadie cuando levanta un título, sino que
da la enhorabuena al rival por el esfuerzo, y le anima a seguir luchando. Un jugador
ovacionado en cada campo al que va a jugar.
¿Aún no lo ha pillado el señor Marqués, que la plebe -ese público que va a ver a selección a los estadios-, que el público es soberano, y que "
el hábito no hace al monje"?
