El presidente del Real Madrid, como ya viene siendo habitual, se marcó un ‘farol’ imposible y perdió la partida
Lo de Ramón Calderón comienza ser ya preocupante si se confirma su última ‘locura deportiva’: intentar llevarse al entrenador del Milan en tiempo récord. Según desveló ayer la prensa italiana, el Real Madrid pretendía el fichaje exprés de Carlo Ancelotti, pese a que cuesta imaginar que el técnico rossonero se prestara a participar en un disparate de tal magnitud. Después de que el lunes Pedja Mijatovic no se atreviese a reconocer el ultimátum a Bernd Schuster y de que el propio presidente asegurara que mantenía su confianza en el alemán, ahora resulta que estaban tramando echarle incluso si el sábado goleasen al Recreativo. Siempre y cuando el Milan estuviese dispuesto a quedarse sin entrenador de un día para otro y de que Ancelotti no tuviera inconveniente en pasar de un banquillo a otro como de ‘oca a oca’. Una solemne insensatez que el vicepresidente milanista se ha encargado de parar a tiempo. Adriano Galliani, ante la sorpresa que causó la noticia en Italia, tuvo que salir a escena para negarlo todo y tomarse a broma el ataque lanzado desde Madrid.
“No hay nada de verdad, como pasaba hace un año con Kaká. O al menos hasta dónde yo sé. Dado que somos amigos, he dicho a Calderón y a Mijatovic que si quieren quedamos”, pero “como amigos”, dijo en un claro intento de evitar el ridículo del presidente y del director deportivo madridistas. “Ninguno de ellos ha solicitado a Ancelotti ni a Shevchenko: ambos siguen vinculados al Mian”, añadió el dirigente rossonero durante una gala benéfica celebrada la pasada noche en Milán.
O este Galliani merece ser beatificado, o ya no se toma en serio al Madrid o espera sacar tajada de la nueva jugarreta que pretendía hacerle el Real Madrid. Resulta curioso, por no decir sospechoso, que sea capaz de dar la cara por Calderón después de que éste haya intentado quitarle, y en más de una ocasión, a Kaká, a Pirlo, a Shevchenko y al propio Ancelotti. ¿Tendrá algo que ver Sergio Ramos?...
Pero volvamos al último episodio que habría protagonizado el presidente madridista, que con su ataque de rabía por la foto de Florentino con Zidane y Ronaldo dejó al descubierto su tremendo nerviosismo. ¿A quién, con un mínimo de sentido común, se le podría ocurrir ir a por un entrenador con contrato en vigor y pretender que el martes ya dirigiera al equipo ante el Bate Borisov? Pues, por lo visto, al mismo que hipotecó toda la temporada esperando a Cristiano Ronaldo y que antes prometió a Cesc y a Kaká sin tenerlos atados.