CARLOSSOY escribió:LQDY escribió:a ver,
la jugada más característica del buitre, eran sus mannequin en el área, delante del defensa, con el balón en medio de ambos, retándole a ver quién se movía primero, el bernabéu entero hacía el mannequin, se cortaba el silencio.
durante 5 años, siempre ganaba él.
había mucha gente que iba al campo sólo por verle jugar.
El bernabeu entero contenia la respiración en esos segundos que parecía una estatua y luego aceleraba,esa jugada era una maravilla,nadie ha podido hacer algo semejante.Hablando de truco, encanto,fantasia hecha jugador no ha habido otro como el Buitre.
VVeníamos de una época muy muy jodida. De Carlos era un buen hombre pero el Club le quedaba grande y después de las cuatro ligas vascas y una del barsa, Mendoza se encontró 5 joyas en la cantera que unidos a otros cuatro o cinco veteranos y reforzados por otros tantos buenos fichajes, formaron un equipo de ensueño que le devolvió la ilusión al madridismo.
Y lo más hermoso de todo es que se vio venir, mientras el primer equipo se mostraba incapaz de superar a sus rivales, vimos como la revolución se gestaba en el Castilla, el Bernabeu se llenaba para verlos, algo impensable hoy, 100.000 personas viendo a unos chicos de 18 años en Segunda que hacían un fútbol maravilloso. Y no sólo eran los cinco que conocemos: Ochotorena, Martín, Francis, De las Heras... jugadores ya olvidados que hicieron una enorme temporada con aquel Castilla, y en el centro de todo: Emilio Butragueño, la verdadera joya de aquel Renacimiento, el jugador que enloquecía al Bernabeu y al que todos comparaban desde sus inicios con los más grandes.
Los que no lo vivieron no lo podrán entender. Ven hoy a un cincuentón soso, monótono y pegado a las faldas del presidente, y les resultará imposible concebir que 30 años atrás enamorase al Bernabeu más de lo que lo llegaron a hacer grandísimos jugadores como Raúl o Cristiano. Pero así fue. No digo que fuera mejor que ellos ni que lograra más éxitos, pero como fenómeno social para el madridismo la aparición de Butragueño fue el acontecimiento más grande y excepcional que yo he visto en este Club.