alien888 escribió:Es que Raúl era perfectamente consciente de sus limitaciones. Para mi Cristiano es otro Hugo Sánchez, más completo y peor acompañado por el juego de sus compañeros. El juego que daban Gordillo, Michel, Buitre, Gallego o Martín Vázquez al mexicano era brutal.
Hombre a mí me parece el caso contrario. Hugo no era nada más, ni nada menos, que un rematador. No lo sacaras del área ni le pidieras otra cosa que empujar lo que pasara por allí. Nada que ver con las enormes cualidades de desborde y velocidad que ha tenido Cristiano y el protagonismo que ha buscado siempre más allá de su función goleadora. De ahí que precisamente el portugués se ha negado sistemáticamente a abandonar la banda incluso cuando sus condiciones ya no son las mejores para jugar en ella.
Hugo ha sido lo más chulo y lo más egocéntrico que he visto en un terreno de juego. Pero sus características le hacían muy dependiente de sus compañeros. Hugo no podía no quería determinar la forma en la que jugaba el Madrid. Por detrás de Hugo se jugaba el fútbol que su entrenador quería y que sus compañeros podían. No era un jugador que limitara las posibilidades tácticas del equipo, sino que era un jugador que sumaba su capacidad de definición al juego del equipo.
Con Cristiano es completamente distinto. Cristiano sí determina como tienen que jugar todos sus compañeros. Para que Cristiano meta 50 goles partiendo como extremo, lo primero que se limita es la posibilidad de que haya un delantero clásico, un goleador como Ibra o Suárez que le robe los goles a Cristiano es impensable. Por eso tuvo que salir el último 9 puro que tuvimos y se quedó Benzemá, como mamporrero entrañable que se asocia, abre las defensas y se aparta para que el macho alfa defina.
Pero también, para que Cristiano juegue por banda como goleador y sin responsabilidades defensivas, tienes que adaptar toda la estructura del equipo, jugar un 4-3-3 sin presionar la salida del balón, obligar al extremo contrario a una basculación imposible para tratar de compensar la pobreza de tener sólo tres centrocampistas, obligar a esos tres centrocampistas a realizar un esfuerzo igual de imposible por cubrir todo el ancho del campo contra rivales que ponen 4, 5 y hasta 6 jugadores en la media, te toca estirar la presión de tal manera que tu media acaba siendo papel de fumar, los rivales te atraviesan la medular como si fuera de mantequilla, los laterales piden refuerzos a gritos para impedir que les desborden en superioridad numérica, y los centrales tienen que defender a cojón quitado a tíos que llegan sueltos y en velocidad porque la media no da para contenerlos.
Si a eso le sumas que tres centrocampistas son muchas veces insuficientes para realizar una transición de balón adecuada, tienes encima muchos partidos donde el rival les aprieta y los tres de arriba se quedan desconectados del juego. Dos de ellos, en concreto, puestos en jarras mientras el resto del equipo se desespera como un gato panza arriba.
Supongo que esto que acabo de decir es antimadridismo puro y duro. Que en estos tres años que llevamos jugando un sistema 4-3'5-2'5, no se ha visto nada parecido a lo que cuento en ningún partido. Y que de esto que definitivamente no nos ocurre, no tiene la culpa la imposición táctica de jugar con el delantero centro del equipo en banda y un señor con alergia a la porteria metido en el área.