[...] El Arsenal que se encontró era un equipo rocoso y triste, el "boring, boring Arsenal" de "Fever Pitch", el libro de Nick Hornby que narra los sinsabores de sus seguidores. "Todos los hinchas del Arsenal, los más jovenes y los más viejos, tenemos claro que no gustamos a nadie, y cada día sentimos ese disgusto reiterado", explicaba Hornby, que en ese mismo libro lamentaba que el pase había desaparecido del fútbol inglés.
Hasta que llegó Wenger. Es casi imposible encontrar entradas para un partido de este equipo del norte de Londres, que echó abajo el vetusto Highbury para construir una maravilla moderna de nombre poco evocativo como Emirates Stadium.
Un club que descubrió que podía hacerse de oro con el buen ojo de Wenger, capaz de traerse a un juvenil del FC Barcelona como Cesc Fabregas por casi nada y vendérselo al mismo club 8 años después por 35 millones de euros. De rescatar a Thierry Henry de un paso frustrante por la Juventus y convertirlo en estrella mundial. O de explotar el miedo a ir en avión de Dennis Bergkamp para convencerlo de que viniera a mostrar sus maravillas a una liga de viajes cortos pero, en aquel momento, escaso encanto.
Con los dos últimos, y un mariscal de campo como el francés Patrick Vieira, Wenger forjó el mejor equipo de la historia de la liga inglesa, "los invencibles", que ganó el título en 2003-2004 sin perder ni uno de sus 38 partidos, heredando el apodo de Preston North, que logró la misma gesta en los albores del fútbol, en los años 1880.
Con él al frente, el Arsenal ha gando tres ligas (1998, 2002 y 2004), seis Copas de Inglaterra (1998, 2002, 2003, 2005, 2014, y 2015) y llegó a una final de la Champions League (2006), una competición a la que siempre se ha clasificado.
Wenger ha superado la edad de la jubilación (tiene 66 años) y en los últimos años se le ha cuestionado por la falta de títulos, pero su legado es incuestionable.