Apostata escribió:Con la excepción de Mouricio, que tampoco es que obtuviese unos grandes resultados, todos los entrenadores que ha tenido el Madrid con Florentino se han limitado a resolver un puzle con las piezas que les daba el presidente.
Aquí muchas veces os habéis quejado de que en el primer florentinato nos juntamos con dos interiores derechos como Figo y Beckham y que los entrenadores no tenían ni pvta idea de como encajarlos, que defenestraron a Makelele cuando era una pieza fundamental en el trabajo del equipo y nunca trajeron a nadie decente para sustituirlo, que trajeron a Owen sin la menor necesidad, sólo porque alguien le había regalado un balón de oro, y que le entregaron las llaves del vestuario y del club a un exfutbolista al que algo de talento le quedaba, pero que ya pasaba del fútbol como de comer mierda.
Cuando llegó Pellegrini, recuerdo que le preguntaron qué le parecía tener que dirigir una plantilla en cuya confección no había tenido ni voz ni voto. La respuesta, muy diplomática fue que, hombre, si te traen a Cristiano, Kaká y Karim, no te vas a quejar encima.
Luego vino el paréntesis de Mouricio, que fue el único que si tuvo el cargo de Manager general y con el que creo que Florentino intentó algo diferente, dándole autonomía para dirigir la política deportiva. Pero las cosas no salieron y ese periodo se cerró en falso y con pocos éxitos deportivos.
Y entonces llegó Angelote, al que no sólo le dieron la plantilla hecha el primero año, sino que al verano siguiente se la destrozaron. El puzle de Angelote fue uno de los más complicados que ha tenido que resolver un técnico de primera división. El primer año se tuvo que inventar a Di María de centrocampista, y como las cosas salieron bien, al siguiente verano le fulminaron a todos los centrocampistas de contención del equipo para traer a un chico mono que había metido un par de goles en un mundial. Todavía se inventó el italiano una solución que le funcionó media temporada con los mediapuntas reciclados como interiores, pero es que el fondo de plantilla era tan lamentable que en enero tenía al equipo fundido y ni un solo recambio que mereciera la pena.
Benítez, tres cuartos de lo mismo, le contrataron con la plantilla cerrada, y a Zidane, no digamos, si entró ya a mitad de año y tuvo que lidiar con lo que había.
En fin, que culpar a nuestros entrenadores es un tanto injusto. Perfectos no son, pero que sean capaces de ordenar este desbarajuste es casi un milagro. Lo que no se les puede pedir es el milagro completo de convertir a el agua en vino y sacar pivotes, laterales o delanteros de donde no los hay.
Ahí está la clave, nada más que añadir.
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