Ingredientes no le faltaba a este menú de domingo y es que si el Real Madrid Castilla presentaba condimentos suficientes, enfrente, el tercero en la tabla, el Gimnástica Torrelavega se perfilaba como un rival duro de “trinchar”. Un equipo bien plantado, con la claridad de ideas que da la experiencia, dispuestos a pugnar con dureza el esférico y que buscó el gol sin complejos. Pero es una realidad que este Castilla se crece ante los buenos rivales y así, uno y otro equipo, disputaron una primera mitad de tú a tú. Esto es sinónimo de batería de ocasiones para ambos conjuntos, pero con las más claras para los madridistas.
Una bonita jugada trenzada en los primeros compases del partido entre Cordero, Raúl Ruíz, Szalai y, finalmente, remate de Acuña, desvelaría una trama que se repetiría: sobresaliente Cordero y Raúl Ruíz en las tareas de asistencia y llegada del esférico al área… mientras que Szalai y Acuña, suspendían en esta primera mitad en lo que a finalización se refiere -con dos notables ocasiones fallidas para cada ariete-. La más clara: uno contra uno de Javier Acuña que yerra solo frente al portero Iván (min. 37).
Otro epígrafe al margen merece el colegiado del partido, condescendiente con ciertas acciones del rival y desacertado con algunas locales durante el encuentro, al final del mismo no titubeó en pitar dos claros penaltis a favor de los madridistas... “Al César lo que es del César”; y lo que es mérito del Castilla, es ese intento constante porque se impusiera su fútbol. Si en la primera mitad “se tuvo y no se metió”, en la segunda, “se metió la primera que se tuvo”. Acuña redimía sus fallos y lograba aprobar la asignatura del gol marcando en el primer minuto de la segunda parte tras una nueva gran internada por la banda de Raúl Ruíz. Pero quedaría mucho partido por delante…
La justicia se impuso a la mala suerte en un final de infarto
La Gimnástica no sería actor pasivo y cinco minutos más tarde ponía las tablas en el marcador. Collado culminaba un contragolpe visitante batiendo a Antonio Adán.
Y mientras Raúl Ruíz y Acuña seguían en su empeño de afianzar su sociedad, otro “satélite no futbolístico”, la suerte, volvía a erigirse protagonista. Primero, una llegada visitante ya resuelta finalizó con un gol en propia puerta de David Mateos; y segundo, un gran disparo de Szalai (min.59) se encontró directamente con el travesaño. El filial se volcó al ataque amparándose en la “justicia” y el propio ariete húngaro disfrutó de otra ocasión más (min.80) mientras que Acuña también remataba y erraba sólo en el área (min.84).
Pero cuando a falta de cinco minutos para el final, en el Di Stéfano se maldecía a la suerte, la justicia se imponía vestida de trabajo, constancia y garra de los futbolistas blancos –con uno menos desde el minuto 67 tras la expulsión de Gary; Cordero, ya en el descuento, también vería la roja-. Muchas emociones en poco tiempo: primero penalti a favor de los blancos… Gol de Fran Rico (min.87)… El Castilla no se conformó con las tablas y fue a por todas… Contragolpe magistralmente resuelto por Juan Carlos (min.89)… Y después, premio a la afición y al trabajo con un nuevo claro penalti sobre Cristian… Fran Rico celebraba así dos premios: el colectivo y el personal, tras volver a marcar después de más de un año lesionado. Victoria fundamental que demuestra que la mayoría de las veces “querer es poder”.
Para mi el mejor partido de lo que va de temporada del Real Madrid Castilla.
