Alfonso, nuestro ex ,dijo el otro día que los árbitros Var deberían ser exjugadores.
Yo estoy de acuerdo y añadiría que los árbitros de campo también. Es una mariconada el fútbol de hoy en día. Jugadores como hierro o redondo hoy no podrían ni saltar al campo
Buenas tardes, os pongo esta pequeña joya, que no es mía, el talento no me da para tanto y es un placer leerla. Entre paréntesis
(Bélico adalid
11 mayo, 2021 a las 12:36 pm
Hay que ponerse en el momento crucial. Benzemá todavía está caído en el suelo y Juan Martínez Munuera intenta procesar las palabras apresuradas que escucha por el pinganillo. Desde el VAR, Gonzalez al cuadrado le habla precipitadamente de la mano de Militao. En el ambiente hay un silencio tenso, un ruidoso silencio hijo de la pandemia, y tan ajeno al fútbol y a los momentos que rodean un penalti. Munuera dibuja con las manos un rectángulo y se dirige trotando hacia el lateral del campo. Solo dispone de unos segundos antes de llegar al monitor del VAR; pero el tiempo ahora va muy despacio, al contrario que sus pensamientos, que se suceden unos a otros a toda velocidad. Surgen imágenes de su infancia feliz y luminosa en Benidorm, mezcladas con periodistas inquisidores que acosan la tranquilidad de su familia. Él había visto la mano fugaz de Militao, pero no quiso señalar nada porque sabía que había habido otra mano de Jordan en el área del Sevilla; el no hubiera pitado nada, pero el penalti a Benzemá lo ha complicado todo. Gonzalez al cuadrado no deja de zumbarle en el oído. Aún le quedan unos metros por llegar. Aparenta calma, pero su cabeza va a explotar. Tiene dos opciones y, escoja la que escoja, sabe que originará un escándalo. En su decisión está el resultado de la Liga. Sabe lo que el Tinglao quiere, no hace falta que nadie se lo diga. Y sabe lo que es el Tinglao, lo conoce perfectamente: todos los medios de comunicación, Tebas, Rubiales, Ceferin, tertulias, telediarios, etc. Y del otro lado, el madridismo: con su señorío, tan ineficaz y trasnochado; acostumbrados a ser el centro del pimpampun. Munuera hace como que mira el monitor, pero ya antes ha tomado la decisión: lo menos complicado para él; al fin y al cabo él es un ser humano como otro cualquiera; siempre quiso ser árbitro, pero no un héroe ni un santo. Y acierta: el Comité elige la mano de Militao como ejemplo arquetípico de lo que es un penalti. La mano de Militao, extendida para comprobar si el dios de la lluvia seguía llorando sobre Valdebebas.)
novenopresidente escribió:Buenas tardes, os pongo esta pequeña joya, que no es mía, el talento no me da para tanto y es un placer leerla. Entre paréntesis
(Bélico adalid
11 mayo, 2021 a las 12:36 pm
Hay que ponerse en el momento crucial. Benzemá todavía está caído en el suelo y Juan Martínez Munuera intenta procesar las palabras apresuradas que escucha por el pinganillo. Desde el VAR, Gonzalez al cuadrado le habla precipitadamente de la mano de Militao. En el ambiente hay un silencio tenso, un ruidoso silencio hijo de la pandemia, y tan ajeno al fútbol y a los momentos que rodean un penalti. Munuera dibuja con las manos un rectángulo y se dirige trotando hacia el lateral del campo. Solo dispone de unos segundos antes de llegar al monitor del VAR; pero el tiempo ahora va muy despacio, al contrario que sus pensamientos, que se suceden unos a otros a toda velocidad. Surgen imágenes de su infancia feliz y luminosa en Benidorm, mezcladas con periodistas inquisidores que acosan la tranquilidad de su familia. Él había visto la mano fugaz de Militao, pero no quiso señalar nada porque sabía que había habido otra mano de Jordan en el área del Sevilla; el no hubiera pitado nada, pero el penalti a Benzemá lo ha complicado todo. Gonzalez al cuadrado no deja de zumbarle en el oído. Aún le quedan unos metros por llegar. Aparenta calma, pero su cabeza va a explotar. Tiene dos opciones y, escoja la que escoja, sabe que originará un escándalo. En su decisión está el resultado de la Liga. Sabe lo que el Tinglao quiere, no hace falta que nadie se lo diga. Y sabe lo que es el Tinglao, lo conoce perfectamente: todos los medios de comunicación, Tebas, Rubiales, Ceferin, tertulias, telediarios, etc. Y del otro lado, el madridismo: con su señorío, tan ineficaz y trasnochado; acostumbrados a ser el centro del pimpampun. Munuera hace como que mira el monitor, pero ya antes ha tomado la decisión: lo menos complicado para él; al fin y al cabo él es un ser humano como otro cualquiera; siempre quiso ser árbitro, pero no un héroe ni un santo. Y acierta: el Comité elige la mano de Militao como ejemplo arquetípico de lo que es un penalti. La mano de Militao, extendida para comprobar si el dios de la lluvia seguía llorando sobre Valdebebas.)