Como con todo lo que ocurre en la sociedad actual, el animalismo postmodernista, es simplemente un cúmulo de incongruencias y falacias que apelan al sentimentalismo irracional, y ¡cómo no!, siempre pronunciadas desde coordinadas de élites sociales, que viven con las máximas comodidades.
Para empezar, vaya por delante, que lógicamente hay que procurar tratar al resto de seres vivos de la mejor manera posible y con el mayor respeto, e interferir lo menos posible en los ecosistemas... tanto en animales, como en vegetales.
Porque ahí, muchos animalistas, ya parten de premisas contradictorias: anteponen la vida animal sobre la vegetal, al tiempo que la equiparan al ser humano... Es contradictorio, eliminar o mantener ciertas jerarquías, según convenga. Y si es por impacto vital, la desertización, tala o quema de un área determinada, puede ser mucho más grande, ya que puede provocar incluso la desaparición completa de especies.
Porque esa es la cuestión: no hay blancos ni negros puros... hay muchos grises. Todas las acciones relevantes, tienen consecuencias más o menos graves. Y hay que ser consecuentes con las cosas y darse cuenta, que ciertos avances, requieren ciertos sacrificios, y que los humanos, como sociedad, hemos llegado a un status y a una vida de confort, aprovechándonos de los animales y del cultivo vegetal, nos guste o no. Sin la caza, el cultivo y la domesticación de los animales, hace mucho que nos hubiésemos extinguido.
Porque esa es otra falacia: los animales, de por sí, NO SON NUESTROS AMIGOS. En un entorno salvaje, ningún animal mostrará compasión... y si está hambriento y te puede cazar y comer, lo hará. Del mismo modo, que en países en los que realmente se pasa hambre, se rien tu cara si les dices que pudiendo escoger comer un chuletón, comes una lechuga (de hecho, lo ví con mis ojos tanto en Mali como en Chad).
Y es que éstos debates animalistas, sólo se dan desde el confort actual... Criticamos mucho la explotación ganadera y agrícola actual... Criticas de barrigas llenas desagradecidas. Esa misma explotación, es la que ha acabado con mucha del hambre y la escasez de otras épocas. Y es exactamente la misma, que permite que cada uno escoja cualquier tipo de dieta, simplemente con acercarse a un supermercado. La misma explotación y mercado, que paradójicamente permite que un vegano, pueda ser vegano.
Hace poco más de 100 años, mucha de la gente de a pie, moría de hambre (o de una enfermedad simple, que más adelante hablaré también de eso), y prácticamente nadie, podía mantener dietas medianamente saludables.
Y esa idea de la "afabilidad" de los animales, es porque la mayoría habla desde el "mascotismo"... Otra incongruencia más. Si diésemos por bueno, que los animales son iguales a los hombres y tienen los mismos derechos... Los dueños de cualquier mascota (perro, gato, loro, pez, etc.), serían, por lo tanto, MEROS ESCLAVISTAS. Ya que por esa razón, ningún animal habría venido a éste mundo, para dar compañía o satisfacer a ningún humano... Ninguna de esas mascotas, debería ser separada al poco de nacer, de sus madres (sin su consentimiento, además), para que una familia o persona cualquiera, decida su futuro durante el resto de su existencia.
Y adelantándome a aquellos que pudiesen argumentar la adopción de perros rescatados... incluso esos, según esa premisa, también serían esclavistas: ya que adoptan al perro para sentirse mejor consigo mismos (el acto altruista, oaaeadojicamente siempre lleva implícito una satisfacción egoísta) y porque siendo estrictos, con las premisas lógicas animalistas (de igualdad de derechos, entre animales y humanos), simplemente liberarían a un esclavo de un "mal amo", para pasar a ser propiedad de otro (quizás) más benévolo, pero sin que ese animal tome ninguna decisión. Y si el argumento es "por darle mejor vida"... ¿podría ir por la calle o a la casa de cualquier animalista, y llevarme su mascota, simplemente porque yo interpreto que voy a darle mejor vida, al tener yo más recursos, más terreno y más tiempo para dedicarle? Seguro que (lógicamente) no me lo permitiría... porque ahí, si que lo consideraría "posesión".
Después, otro de los argumentos falaces es el de "si tengo que escoger entre mi perro y un desconocido..." Esa dicotomía es absurda, ya que ahí no se valora el ser animal/humano, sino los lazos afectivos. Por lo tanto, el supuesto, debería ser escoger entre tu madre y la mascota familiar; o entre un cachorrito que tengas desde pocos dias y tu hijo recién nacido; o entre un perro cualquiera y un desconocido... vamos, que aunque esos supuestos ficticios, no dejen de ser falacias anecdóticas, las comparativas deberían plantearse más o menos en los mismos términos. Y así, podemos llegar a un punto, que si que es un supuesto real: la medicina.
En ésta pandemia, por ejemplo, se ha obtenido una vacuna muy rápidamente, en parte, gracias a los ensayos preliminares del comportamiento del virus, en animales (fundamentalmente en monos y roedores). Según los animalistas, eso es horrible y una práctica inconcebible... Ahora bien, yo me pregunto, ¿alternativas? ¿Es mejor dejar morir a la gente y no hacer ensayos clínicos? O mismamente, a la hora de hacer esos ensayos, que pueden terminar en muerte, ¿a quién pondrían en riesgo? ¿a su mascota, a alguno de sus padres o a él mismo?...
Pues eso, que la demagogia está muy bien, mientras se vive muy bien. Y son discusiones estúpidas del primerísimo primer mundo. Pero en un supuesto de supervivencia como especie, nadie en su sano juicio, sacrificaría su vida por la de ningún otro animal, mientras que sí que se hace permanentemente por la supervivencia de la descendencia. Y es que eso, es algo completamente NATURAL, que incluso hacen instintivamente todas las especies, con el fin de preservarse.
Por eso ningún animal no humano, nunca puede ser realmente objetivamente "figura de pleno derecho", como lo es un humano: porque ni entiende la ley, ni puede cumplir obligaciones, ni reclamar derechos. Los animales domésticos siempre serán meros "esclavos" de un dueño responsable de sus actos, y los animales en libertad, no estarían sujetos a ninguna ley, más allá de las naturales de supervivencia, porque son las únicas que entienden.
Indudablemente, hay que tratar con respeto a los animales, y hay que procurar preservar los entornos naturales lo máximo posible. Por supuesto. Pero un animal es un animal, una planta es una planta y un humano es un humano. No están en el mismo plano y decir lo contrario, es engañarse a uno mismo. Es más, en términos absolutos, ni siquiera todos los humanos estamos al mismo nivel, ni los animales entre sí, ni las diferentes plantas...
Por eso, demagogias a un lado, ni siquiera para los animalistas, vale o importa lo mismo: la vida de un piojo que la de un perro, la vida de un mosquito que la de un mono, o la vida de un gusano respecto a la una vaca. Por eso, vemos como muchos animalistas pretenden modificar la dieta actual, sustituyendo el consumo de proteínas actual, con granjas de gusanos. Es decir, implícitamente están valorando más la vida de una vaca que la de miles de gusanos, en otro acto de incongruencia.
Y es que lo cierto es que NO... no todas las vidas "valen" lo mismo (ni objetiva, ni subjetivamente). Del mismo modo que no es lo mismo un anciano que un bebé. Incluso, en términos de supervivencia, por supuesto, la vida de las mujeres, tiene más valor que la del hombre. Negar eso, simplemente es no entender absolutamente nada de la naturaleza (ni de matemáticas). Porque en caso de necesidad de repoblar cualquier especie, siempre será mejor, y tendrá mas posibilidades de éxito, hacerlo con 98 hembras y 2 varones; que con 2 hembras y 98 varones.
Pero es lo que tiene el postmodernismo: al vivir en la mayor de las comodidades, sin ningún tipo de penuria real... pues hay que inventarse causas grandilocuentes. Es lo que tiene haber perdido el instinto de supervivencia, al tener un techo, con cuatro paredes (sin corrientes), calefacción, ropa, agua corriente, luz eléctrica, fuego y toda la variedad de comida que se desee... cosas que muchos dan por normal, o que se consideran básicas e indiscutibles... mientras lo realmente cierto, es que incluso en la actualidad, algunos desfavorecidos, aún carecen de ello, y ninguno de nuestros tatarabuelos han podido disfrutar de nada semejante...
En definitiva, la mayoría de animalistas radicales, son simples privilegiados, desagradecidos del progreso, criticando aquello que les ha permitido vivir tan bien, como para que su causa mayor sea el: "¿por qué vivimos tan bien?"
Feliz año a todos.