Y supongo que cada cual tendrá sus puntos de vista. Pero a algunos de nosotros se nos queda un mal sabor de boca por algunas cosas que hace el club que parece que son detalles o gestos feísimos hacia determinadas jugadoras.
Se pide, supongo, lealtad a un club, pero lealtad a un club no es sinónimo de lealtad a una dirección. Vivimos en un mundo en el que afortunadamente las servidumbres personales no existen. Se puede querer mucho a un club, el que sea, pero a la vez decir que discrepas de cómo la dirección de ese club está haciendo las cosas.
El año pasado, muchos lo recordarán, se dijo que se le había ofrecido a Asllani renovación a la baja y que en el futuro se le aseguraba un puesto en el organigrama directivo de la sección.
Supongo que eso que se dijo, o no era exactamente así, o el club ha reconsiderado esta oferta también y la dirección de la sección femenina se libera de compromisos adquiridos.
Al final, una jugadora emblema, una jugadora que era mucho más que una simple jugadora se marcha, y deja un vacío deportivo y sentimental importante.
Pero, como decían en la Edad Media, "larga vida a la sección". Pues vale.