Blanco Polar escribió:A veces, o SIEMPRE, lo mínimo que se le pide a un entrenador, sobre todo a los entrenadores que no lo son, como Zidane y Ancelotti, buenos relaciones públicas y muy políticamente correctos, es que sepan, intenten y logren sacar lo mejor de sus futbolistas, motivarlos y que estén tranquilos.
Gente como el francés y el italiano, con la buena imagen que dan desde su época de jugadores, con su paternalismo, no deberían tener problemas para retener talento.
Con mucha paciencia y cariño el noruego no se habría marchado. Pero le tuvieron de acá para allá, cedido, el chaval se mosqueó porque sabía de su potencial y Zidane apenas le dio oportunidades.
El cabrón de Carletto le dijo, recién llegado, que era su noveno centrocampista. Si, por debajo de Isco, Ceballos, Hazard, e incluso los jovencísimos Valverde y Camavinga.
El noruego molestó a alguien