El ofrecimiento de la Federación portuguesa a Mourinho no ha podido ser más inoportuno e inexplicable. ¿No habíamos quedado en que los proyectos deportivos necesitan fuego lento y mucha paciencia para obtener los frutos? ¿Cómo se deja entrever que un entrenador puede cambiar el paisaje en solo diez días y dos encuentros? Estamos hablando de fútbol profesional y de unos intereses de tamaño sideral. Mou no debería haber permitido que este asunto saltara a los medios en un comienzo de temporada en el que el club que le paga se juega tanto. Tendría que haberlo zanjado antes, en cuanto se le hizo la primera sugerencia en privado. Ojo, que el "Ser Superior" se pone enfermo con temas así. Mucho ojo.