somoselmadrid escribió: ↑Jue May 23, 2024 11:06 am
Apostata escribió: ↑Jue May 23, 2024 10:49 am
somoselmadrid escribió: ↑Jue May 23, 2024 10:33 am
Apostata escribió: ↑Jue May 23, 2024 10:07 am
Rostar escribió: ↑Jue May 23, 2024 9:38 am
Si hay un hombre idóneo para preparar esta final es Angelote. El perdió una copa de Europa siendo muuuuuy favorito y que al descanso ganaba 3-0.
Siendo esto cierto a mi no me tranquiliza nada. El canguis me durará hasta que el arbitro pite el final.
Yo sólo pido 3 cosas:
-Que si nos marcan primero, que sea pronto
-Que si hay que remontar, que no nos esperemos al miuto 88
-Que no haya prórroga ni penaltis
Y no lo pido por vicio, lo pido por caridad hacia este corazón maltrecho que ya esta hasta los güevos de goles en el descuento y defensas tirando penaltis a vida o muerte.
Cierto, ya creo que toca ganar sin sufrir, también debe ser bonito, digo yo.
Es curioso, porque el único año que pasamos eliminatorias con holguras, fue la temporada pasada, que les zumbamos de lo lindo al Liverpool y al Chelsea para que luego nos machacara el City en semifinales, tanto en el año de la 14 como en el presente, las eliminatorias han ido de la resistencia heróica a la remontada imposible, incluyendo prorrogas y penaltis.
Se ve que no sabemos ganar sin sufrir, porque cuando no sufrimos, acabamos perdiendo.
Bueno, pero eso se puede cambiar, vamos a intentar ganar sin sufrir, ya verás que también nos vale
Las finales más tranquilas que recuerdo son las del 3-0 al Valencia y la del 4-1 a la Juventus. Lo que pasa con ese tipo de finales es que al final se termina instalando la idea de que los rivales eran muy inferiores y que por tanto no tuvieron demasiado mérito.
La más chunga, sin duda, fueron la Décima, porque ya estabas fuera en el minuto 93, y la Decimoprimera, porque dependimos de los penaltis. Las de la Séptima, la Novena y la Decimocuarta fueron muy chunga, pero a menudo se nos olvida que al menos íbamos ganando y a lo que nos resistíamos era al empate, no como en las dos del Atleti que caminamos todo el tiempo sobre el filo de la navaja.
Y el problema de estas finales tan ajustadas, es que al final se instala la sensación de que las ganamos a cara o cruz, osea, por suerte.
En definitiva, o porque el rival era muy malo, o porque tuvimos potra, jamás se nos concede el mérito correspondiente. Y lo peor no es que nos lo concedan nuestros enemigos, que esos dan igual porque nunca te van a reconocer nada, el problema es que no nos lo concedemos nosotros mismos que siempre vamos a la Cibeles rezongando porque ha sido demasiado fácil o porque ha sido demasiado difícil.