jaizkibel escribió: ↑Mié Jun 19, 2024 11:34 pm
Un poco más arriba ha quedado el anuncio de la incorporación de Sánchez Vera como entrenador de la Real Sociedad y quería decir una cosa al respecto.
Para empezar, hay que recordar una obviedad. La Real Sociedad femenina es un equipo digamos que de segunda fila en comparación con los mejores clubes españoles. En mi opinión, está detrás de Barcelona, RM, Atlético Madrid y Levante. Detrás de estos hay un grupillo de clubes de nivel más o menos similar, que serían el Athletic Bilbao, Sevilla, Madrid CFF o Real Sociedad. Tienen, como digo, un nivel parecido. Y su rendimiento cada temporada depende de muchas cosas, pero lo que se puede esperar de ellos casi siempre es que terminen entre el 5º y el 8º puesto de la Liga, aproximadamente.
Con un matiz además. Los dos clubes vascos tenemos una política de jugadora de la casa principalmente. Esto se lleva a rajatabla en el Athletic: sólo jugadoras de la Comunidad Autónoma o de Navarra. En la Real Sociedad no se lleva esto de manera tan rigurosa y se abre la puerta a la incorporación, siempre reducida, de jugadoras extranjeras o de otras Comunidades Autónomas. Por ejemplo, Lorena Navarro esta temporada.
Los dos clubes tienen bajo su "paraguas" a muchos clubes femeninos de los respectivos territorios: clubes vizcaínos en el caso del Athletic o clubes guipuzcoanos en el caso de la Real. Y las jugadoras que apuntan nivel en esos clubes normalmente pasan a formar parte de la cantera del Athletic o de la Real.
El problema que tiene tener como base jugadoras de cantera es que estás de alguna manera en inferioridad de condiciones respecto al resto, porque el número de fichas de jugadoras de fútbol femenino es reducido en comparación con el total nacional y, está claro, con las jugadoras extranjeras. Mercados estos dos últimos a los que sí acuden el resto de clubes de la Liga. Y, por otro lado, dependes de la generación de jugadoras que formas en el club. Si sale una generación de buenas jugadoras, a lo mejor hasta puedes competir por meterte en puestos Champions... el primer año, porque si de verdad consigues formar una plantilla de calidad enseguida llegan los clubes con más potencial financiero y sus ofertas consiguen desmantelar en parte la plantilla que tanto te costó formar.
¿Por qué cuento esto? Porque Natalia Arroyo ha sido una buena entrenadora para el club los años que ha estado. Cuando digo que ha sido una "buena entrenadora" hay que tomar como referencia los objetivos que tiene cada club, en este caso la Real Sociedad, y de ahí viene lo que he escrito antes sobre lo limitados que son los objetivos viendo las características o la idiosincrasia del club.
Natalia Arroyo como digo lo ha hecho muy bien los años que ha estado. Pero tuvo momentos muy complicados. Probablemente el más duro fue cuando tuvo que recomponer la plantilla después de la "espantada" de la mitad de las jugadoras hace un par de temporadas.
Pero, y esto es a lo que voy, su decisión de dejar de entrenar al club ofrece una lectura interesante porque es una lección para muchos otros entrenadores y clubes.
Los entrenadores tienen sus ciclos en los equipos que entrenan. Y Natalia Arroyo se dio cuenta de que su ciclo ya había terminado, que no había tanta ilusión en las chicas o ella era incapaz de generar esa necesaria ilusión, en definitiva, se dio cuenta de que su ciclo había terminado, que restaba más que sumaba. Y cuando pasa eso, lo más honesto es hablar con la directiva y buscar soluciones. Soluciones que pasan necesariamente por despedirte del club y buscar un sustituto. Eso es una demostración de la honradez de una persona. No apurar las cosas hasta el final causando daño al club, a las jugadoras y a la afición porque tu luz ya no luce como debiera.
Pues eso de darse cuenta de que tu ciclo como entrenador ya ha terminado, darte cuenta de que es importante abrir ventanas y que entre aire renovado, personas con ideas nuevas que despierten ilusión, es algo que muy pocas personas son capaces de darse cuenta y actuar en consecuencia. Esa grandeza personal es un bien muy escaso porque la mayoría intenta tirar del chicle todo lo que pueden, que no les muevan el sillón, probablemente autoconvencidos de su calidad como técnicos y en muchas ocasiones amparados por la ceguera de los directivos de su club, que prefieren seguir una senda que iniciaron hace años sin darse cuenta de que después de esos años, el perfil de esa senda es muy difuso, casi imperceptible, convirtiendo el paseo en algo aburrido y rutinario.
En fin, creo que se entiende de lo que hablo y a quien me refiero.