Imagínate ser un futbolista con una carrera de éxito.
De abrir la boca poquito para decir los topicazos fútboleros de siempre. Nadie sabe en realidad cómo eres.
Imagina acabar tu carrera y que pongan tu nombre al estadio de tu ciudad por lo que has hecho con una pelota.
Imagina empezar a decir lo que realmente piensas porque no sabes hacer absolutamente nada más allá del fútbol... empezar a ser tú mismo:
Levantarte un día y soltar: "no puede ser equiparable para nada el fútbol femenino y el masculino".
Imagina que quitan el nombre a tu estadio entonces por que la gente empieza a conocerte...
Y justificarse al día siguiente con el clásico: "Yo no soy machista porque tengo madre y hermana"...
Imaginate que un día te levantas por la mañana y vuelves a ser el idiota de siempre...
En ningún momento de la historia ha habido tanta gente orgullosa de ser imbécil.