Imaginen un sistema informático capaz de analizar millones de datos. Imaginen que es posible predecir cuándo se romperá un jugador, incluso antes de ficharlo. Imaginen que es posible mantener la forma física óptima de un futbolista toda la temporada. Bienvenidos al futuro...
PRUEBAS. Diarra se ejercitó el jueves con un pulsómetro.
El Milán decidió crear el Milan LAB en 2000. Fernando Redondo había costado 3.000 millones de pesetas y se lesionó gravemente nada más llegar al conjunto italiano. El doctor Meersseman y Daniele Tognaccini se pusieron manos a la obra un año después para crear el más moderno laboratorio científico vinculado al deporte, un centro que fuera capaz de prevenir lesiones con exactitud (con el consiguiente ahorro en fichajes innecesarios) y que pudiera optimizar el rendimiento de sus jugadores. Maldini (39 años), Cafú (37), Inzaghi (34) o Nesta (31) siguen en plena forma por algo.
Es esa idea la que ahora intenta implantar Walter Di Salvo, director del centro de alto rendimiento del Madrid. El Madrid TEC ya está en marcha. "No se va a hacer en dos días, pero ya hemos empezado con los pequeños detalles, inculcando a los jugadores una filosofía de trabajo. El proceso, con lo que avanza la ciencia y la tecnología, nunca terminará", explica Di Salvo a AS.
El profesor italiano está en conversaciones con varios científicos, informáticos, bioquímicos, fisiólogos y psicólogos a los que el Madrid fichará en el futuro para formar el grupo de élite en el que se sostendrá el Madrid TEC.
Este centro de alto rendimiento quedará instalado en la Ciudad Deportiva de Valdebebas. Los jugadores pasarán allí varias horas al día. Nada más llegar tendrán que rellenar una ficha exhaustiva sobre su estado y los problemas ocurridos en el día anterior, sean físicos, fisiológicos o de cualquier índole. Un dolor de estómago, problemas para conciliar el sueño o incluso conflictos de un hijo en el colegio o enfados familiares salen a la luz. El Madrid TEC tratará al jugador como un sistema que consta de tres partes: mental, física y bioquímica. Esas tres partes se estudiarán en una especia de laboratorio milagro en el que incluso habrá una Mind Room, la habitación de la mente, un espacio para trabajar la psicología, para liberar tensiones.
Alta tecnología.
El secreto de Di Salvo y su Madrid TEC está en la cuantificación de los datos. Él mismo ha inventado y patentado un software que es capaz de interrelacionar millones de datos de distinta índole. "Este programa es capaz de coordinar muy distintas áreas. Nada se deja al azar", afirma Di Salvo. El resultado es sorprendente. Los distintos parámetros recogidos (mediante electrocardiogramas, encefalogramas, test mentales, temperatura del cuerpo, etc) permiten saber con exactitud qué días rendirá mejor un jugador y aplicar a cada futbolista un plan específico e individual (y obviamente el seguimiento del mismo).
El sistema informático del Milán se llama Clever Path Predictive Analysis Server. Funciona como un cerebro humano. La Red (así la llaman coloquialmente) mejora sola, aprende de sí misma y se vuelve más inteligente con las experiencias adquiridas y con el paso del tiempo. Todo este sistema no sustituye al entrenador, pero sí le da la posibilidad de disponer de indicadores válidos y fiables. Más datos para que el técnico saque el mayor partido a su plantilla.
Los días del trabajo de grupo se han acabado. "El futuro está en el trabajo por líneas y en el perfeccionamiento individual del cuerpo humano. Ninguno de nosotros somos iguales. Cuando todo esté montado, nos encontraremos en la vanguardia de la ciencia y la tecnología del deporte", asegura Di Salvo.
El procedimiento
Microchips
Cada jugador dispone de una llave con un microchip con todo su historial.
Diagnóstico precoz
El programa permite saber cómo y cuando puede sobrevenir una lesión.
Biomecánica
La estructura de los jugadores queda completamente desglosada y analizada.
La práctica
El jugador inserta la llave y la máquina le indica lo que tiene que hacer en el día.
