Jornada 31
OTRO MADRID, EL MISMO CASILLAS
ÓSCAR GARCÍA (as.com)
Desenlace
El Real Madrid ofreció su mejor versión de la temporada para superar por actitud y por su contundencia en el remate, más que por juego, al que hasta ahora fue el mejor conjunto del campeonato. Pese a este resultado, la Liga, más que ganarla el Madrid, sólo puede perderla el Barcelona, que va dejando demasiadas dudas por el camino. Lo que no admite dudas es que se vio uno de los mejores y más intensos clásicos de los últimos años.
Nudo
Primer acto: Este Real Madrid puesto en duda durante toda la temporada, con sus estrellas sometidas a una crítica permanente y un entrenador bajo sospecha sabía que sólo tenía una opción de volver a la vida y recuperar parte de su crédito. Un triunfo contra el Barcelona sirve para tapar casi todos los defectos del equipo y del club, para engancharse de forma ficticia a una Liga que perdió hace tiempo y para vivir con más comodidad el tramo final de la temporada.
Vanderlei Luxemburgo arriesgó dejando a Figo en el banquillo y dio entrada a Owen. Despobló el centro del campo, que quedó en manos de Gravesen y Beckham (más riesgo no se puede asumir), Zidane se movió por delante, Owen ocupó la derecha, Raúl se dejó caer por la izquierda y Ronaldo disfrutó de espacios y libertad, hasta el punto de convertirse en los primeros minutos en el eje sobre el que giró todo el equipo.
Con este planteamiento el Madrid, que actuó con una intensidad que sólo ha demostrado esta campaña el día que la Juventus visitó el Bernabéu, pasó por encima del Barcelona durante la primera media hora. Los azulgrana mostraron una desconocida debilidad defensiva y se vieron incapaces de contener la avalancha blanca. Un error de Van Bronckhorst permitió a Ronaldo poner con maestría el balón en la cabeza de Zidane, que totalmente solo remató con comodidad en el área pequeña para marcar el primero. Ronaldo continuó su fiesta particular al lograr, también de cabeza, el segundo y acabar con demasiadas semanas de abstinencia. Antes Roberto Carlos malgastó de forma incomprensible un sensacional envío del propio Ronaldo, que había dejado mano a mano a su compatriota con Valdés. Roberto, que es capaz de tirar a puerta desde su campo no se atrevió a hacerlo cuando pisó el área.
El Madrid se encontró con el partido soñado por Luxemburgo y fue ahí cuando se vino abajo y dejó crecerse al Barcelona. Con el balón en su poder, el Barça es una máquina de hacer fútbol y disfrutó de múltiples ocasiones, que fue tirando a la basura una tras otra. La mala interpretación de los ataques y la fabulosa actuación de Casillas, de nuevo el mejor del Madrid, sólo permitieron al Barcelona hacer un tanto, de Eto'o, que acudió a su cita habitual con el gol en el Bernabéu.
Con el Madrid ahogado y agobiado por el Barça llegó un contragolpe de Roberto Carlos, que corrió como no lo ha hecho en los dos últimos años, para superar a Xavi, llegar a un autopase imposible y ceder al balón a Raúl, mal marcado por Oleguer, para que hiciera el tercero. La demoledora capacidad de pegada del Madrid y las manos de Casillas valieron más que el buen juego del Barcelona.
Segundo acto: El panorama apenas varió después de pasar por los vestuarios. El Barcelona disfrutó de la posesión del balón, pero siguió haciendo un uso indebido de ella y no aprovechó la invitación que le hizo el Madrid para atacar. Helguera, insuperable, no se cansó de despejar balones; Gravesen regó el césped del Bernabéu con litros de sudor, ahora se aplaude eso en Chamartín; Owen metió una velocidad que ya no tiene Figo; Ronaldo se movió bien; Zidane mostró su elegancia en el control y una inteligencia inusual en la iniciación de las jugadas y Beckham completó su mejor partido desde que llegó a Madrid. Y cuando todos se vieron superados apareció la figura imperial de Casillas, el mejor portero del mundo, para marcar la diferencia. Algo que no pudo hacer Valdés. Un genial pase de más de 30 metros de Beckham dejó a Owen solo frente a Valdés, que se comió el disparo del pequeño delantero inglés.
La distancia en el marcador se hizo insuperable para el Barcelona, que siguió con el balón en los pies, pero sin ideas en la cabeza. Se reclamó un posible penalti de Roberto Carlos a Maxi. El argentino no protestó. Con eso está casi todo dicho. Ronaldinho, que parece una sombra del que fuera considerado el mejor futbolista del mundo, marcó un gran gol de falta para poner algo de interés a los últimos minutos. Minutos que no pudo jugar Eto'o, retirado en camilla debido a lo que puede ser una preocupante lesión en su rodilla derecha.