Luis Aragonés tiene que dejar el cargo de seleccionador nacional. O que el presidente de la Federación Española, Ángel María Villar, le destituya. O mejor. Que se marchen los dos juntos. Eso sería la única solución para que la selección española resucite de la muerte a la que ha sido inducida. El combinado de Luis Aragonés cayó derrotado (2-0) en Suecia en un pésimo partido y tiene muy difícil lograr el pasaporte para la Eurocopa 2008.
Partido de la fase de clasificación para la Eurocopa 2008, correspondiente al grupo F, disputado en el estadio Rasunda de Solna, en Estocolmo, que registró un lleno absoluto. 38.000 espectadores.
Muy mal pintan las cosas para la selección. El equipo suelta un tufillo que no gusta nada. España tenía en Suecia la oportunidad de hacer creer que la derrota en Irlanda del Norte era un accidente. Pero nada de eso. El partido ante los nórdicos dejó claro que el estado de la selección española es alarmante. Una crítica situación que requiere medidas drásticas. Y no se trata de no convocar a Raúl. Se trata de que los que dirigen nuestro fútbol se larguen. Y esto incluye al presidente de la federación y al seleccionador, quien ya ha amagado en alguna ocasión con marcharse, aunque sin éxito.
fuente: marca.com