NO LE GUSTÓ NADA QUE LA LAZIO REMONTARA DOS VECES
Cuando Bernd Schuster compareció ante los periodistas en la sala de Prensa del Olímpico de Roma dijo que no estaba enfadado porque un empate fuera de casa en la Champions puede valer oro. Y más conociendo de inmediato las derrotas de Liverpool y Milan. Estos resultados amortiguaron su frustración.
“El empate es positivo”, dijo. Pero este no era el estado de ánimo real del técnico alemán. Schuster se fue al vestuario con un enfado monumental y echando pestes por la actitud que tuvo su equipo al dejarse empatar el partido por dos veces y haciendo de Pandev, el delantero macedonio de la Lazio que marcó los dos goles, una auténtica pesadilla. “Los partidos hay que matarlos, no nos podemos dejar empatar dos veces. Lo teníamos ganado...”, repitió una y otra vez con gestos de rabia. Luego ante los periodistas reconoció que “nosotros mismos levantamos a la Lazio con el 1-2”.
Inexperiencia
Ya son varios los avisos que llevan los jugadores a lo largo de la temporada. Schuster entiende que han llegado ocho jugadores nuevos y que tiene que pasar un tiempo hasta que se conozcan todos y estén perfectamente adaptados.
Pero lo que no acepta, y así se lo está diciendo a todos, es que cometan errores absurdos, como precipitarse en los pases y no saber leer el partido. Este Real Madrid tiene jugadores jóvenes, de calidad, pero inexpertos. El primer gol de Pandev fue un error de marcaje en un balón aéreo. El segundo vino por una pérdida de balón en el centro del campo.
Schuster no entiende por qué a sus jugadores les falta tranquilidad cuando tienen el balón en su poder. No hay elaboración. Les dura poco. Las consecuencias son que el equipo se desordena y sufre para recuperar el sitio en el campo. Los cuatro defensas de atrás, en especial los centrales, se encuentran en situaciones desfavorables en muchos casos.
Más iniciativa
Otro de los fallos que ha detectado Schuster es la falta de iniciativa en el juego. El técnico quiere que el equipo salga desde el minuto uno a por el partido. Y si marca el primer gol no hay ningún motivo para relajarse o bajar el ritmo y la intensidad.
El próximo partido es contra el Recreativo, en el Bernabéu, y es donde Schuster quiere ver a su equipo imponiendo su estilo, dominando el balón y haciendo goles.