Henry: Íntimo, personal y deportivo
Thierry Henry se está adaptando a marchas forzadas a su nuevo club. Han pasado tres meses y ya es uno más.
La felicidad nunca es completa. Jamás un sentimiento de dicha es asumido en su totalidad. Thierry Henry interpreta esta tesis tanto en el terreno de juego como en la vida. Es inconformista desde su más tierna infancia, desde que su padre le inculcó una mentalidad perfeccionista. Este sentimiento le mantiene en constante alerta, en tensión. Lo está en el vestuario, en los entrenamientos, en los partidos, en su contacto con los medios de comunicación y con los aficionados. Hasta parece estarlo cuando celebra los goles. Thierry Henry nunca baja la guardia. Y mucho menos si el entorno es nuevo como el de Barcelona.
Los primeros cien días de Thierry Henry en la Ciudad Condal, que se cumplirán el próximo domingo, han estado marcados por su obsesión por recuperarse cuanto antes de su lesión y por adaptarse al medio. Va por el buen camino en el primer propósito, en el segundo está en ello. Personas allegadas a su entorno certificaron a SPORT que Henry se encuentra muy a gusto en Barcelona, que es feliz aunque hay algunos aspectos mejorables. Lógicamente, al internacional francés no le gusta abordar públicamente el motivo que le genera inquietud. “No es asunto tuyo”, le respondió al primer periodista que le preguntó sobre el tema. Sin embargo, estas personas próximas al jugador aseguran que su reciente divorcio con Nicole Merry, cuyo nombre real es Claire, le marca por el hecho de que ve poco a su hija, Tea.
En estos meses en la Ciudad Condal apenas ha podido viajar a Londres para ver a su hija. Un calendario tan apretado de partidos le han impedido estar al lado de su niña de dos años de edad.
Thierry Henry ha comentado a algunos allegados que esta ausencia le aflige e incluso le lleva a pasar etapas de profunda tristeza. Henry no solo está aprendiendo el funcionamiento del nuevo club y un nuevo sistema de juego sino también de un nuevo estilo de vida. Se casó en julio de 2003 y estuvieron conviviendo juntos durante cuatro años.
La ausencia de su hija es el único lunar de su estancia en Barcelona, ciudad que está descubriendo en estos momentos. Bien adaptado y bien aceptado en el vestuario, Thierry Henry ha encontrado muchos puntos de apoyo entre sus compañeros. La ya destacable presencia de jugadores francófonos le ha ayudado en gran medida a adaptarse sin excesivos problemas. Contar con un técnico como Rijkaard también ha sido importante en su adaptación. “Es extraordinario”, declara al ser inquirido por el técnico holandés.
Henry se lleva bien con todos los compañeros del vestuario del Camp Nou. “Es como el Arsenal, como una familia”, explica. El guía en sus primeros pasos ha sido Lilian Thuram, a quien conoció hace más de una década en Mónaco. Titi siente predilección por el veterano jugador. “Es una maestro en todo”, asegura del defensa con quien ha quedado numerosas ocasiones para cenar.
Henry también mantiene una excelente relación con su compañero de selección, Eric Abidal, aunque éste tiene dos hijas y una mujer en Barcelona con lo que no ha quedado tanto.
Otro de los próximos de Henry en Barcelona es Samuel Eto’o, con quien ha salido a cenar en alguna ocasión al restaurante de cocina italiana Melton. Hay quien le ha podido ver con Zambrotta (les une su conocimiento del italiano) en un restaurante de un céntrico hotel que en el sótano dispone de un bar de copas. “No me gusta ir a las discotecas, prefiero los restaurante. Me gusta ir a cenar con amigos y tener una larga sobremesa. No me gusta salir de noche e ir a bares. Prefiero estar en el restaurante, hablar, jugamos a cosas, reímos un rato. A veces te bebes diez tazas de te y te pasa el tiempo y no te has ni enterado”, ha declarado el jugador en una de las escasas entrevistas que ha concedido a los medios de comunicación barceloneses.
Henry ha limitado las numerosas solicitudes de entrevistas hasta encontrar su puesta a punto ideal. Sólo en algunas excepciones ha abierto las puertas de su corazón.
Una de estas ocasiones en las que varía su forma de proceder llega con algunos conocidos franceses. La revista L’Équipe Magazine le ha propuesto convertirse en el redactor jefe para la edición del número de noviembre. Es una prueba que ya asumió con éxito Laure Manaudou, campeona olímpica y recordista mundial de la natación. Henry está trabajando en este proyecto y uno de los primeros temas propuestos por el internacional galo ha sido el de encomendar a un periodista de dicha empresa un perfil de Oleguer Presas, un personaje que debe servir para vehicular la importancia del catalanismo en el FC Barcelona. Este es solo uno de los muchos temas que Henry propone hasta completar todas las páginas de la revista. Un edición a su gusto y con su firma personal.
La vida de Thierry Henry también se ha visto alterada en las últimas semanas por el cambio de residencia. Si a su llegada a Barcelona se instaló al lado del mar, en una suite del Hotel Arts, ahora ya cuenta con una residencia particular. Henry se mantuvo en el hotel porque la pretemporada y el inicio de temporada ha sido intenso por lo que no tuvo tiempo para buscar casa. En las últimas fechas ha podido hacerlo y ya dejó el hotel para instalarse en un piso de Pedralbes, en la zona alta de Barcelona.
Una de las aficiones de Henry sea en Barcelona, en Londres, en Monaco es la de ‘chuparse’ todos los partidos que dan por la televisión, independientemente de la categoría que sean. “Soy un enfermo del deporte en general y del fútbol en particular. Como, duermo y respiro fútbol. Me gusta verlo todo”, explica este jugador que demuestra una verdadera pasión por su profesión.
Henry está a gusto en Barcelona porque cumple con la mayoría de los requisitos que le pide a la ciudad de residencia. Sin embargo, a veces añora el ambiente de Londres. “Echo de menos esa ciudad en la que estuve ocho años”, explica. Y es que, por ejemplo, Henry era un asiduo a los teatros de la capital londinense y en Barcelona todavía no ha podido ir. Su teatro, de momento, es el Camp Nou.