Está claro. No merecemos estar en la final, en casa de esta gente y el único que se está haciendo merecedor de ello, parece mentira, es el alemán y el 2-2 es sólo cuestión de minutos. El Farsa-Madrid nos ha hecho mucho daño a los dos. Estamos, como ayer el Farsa pero el culé jugó mucho mejor que nosotros, reventados. En fín, fue bonito mientras duró.