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Mesut Özil: el jugador al que la prensa infravalora
El jugador alemán sigue aportando destellos de clase a un Real Madrid que afronta un tramo de la temporada crucial
En el informativo del pasado lunes una singular pareja de periodistas deportivos ha mantenido una conversación jocosa. En síntesis, los aspectos relevantes que han llamado mi atención han sido los siguientes:
PERIODISTA A: "Özil que estaba señalado por Mou y que ahora parece estar dando lo que se le exige".
PERIODISTA B (entre risas): "Este hombre lo arregla todo".
Las pruebas son manifiestas, con un tono frívolo y preñado de sorna, la pareja de periodistas atribuye a Mourinho unas supuestas dudas acerca del juego de Özil. Creo que, en este caso, no se toma en cuenta que la mayor parte de periodistas de este país ha dudado sobre la eficiencia del alemán como jugador blanco. Ellos han sido los exigentes.
El rosario de argumentos resulta familiar. Quizá, los más representativos pueden ser:
-"Özil cuenta con una condición física deplorable. No vale para disputar un partido íntegro".
-"Es un jugador de segundas partes. No merece la titularidad".
-"Es un jugador intermitente, frío, da la sensación de que no está implicado con el equipo, ni metido en el encuentro".
-"Es un futbolista poco sacrificado. Tampoco parece comprometido, se dice que no lleva una vida lo suficientemente asentada".
-"Con Özil defiendes con uno menos, por eso no le agrada a Mourinho".
Nunca he entendido el trasfondo de todas estas acusaciones. Independientemente de que alguna de ellas pueda albergar un valor de verdad, la realidad es que la presencia de Özil en ningún caso debe concebirse como un problema para el Real Madrid. Todo lo contrario. Su inclusión en el once titular garantiza al Madrid la disposición de un futbolista mágico, que sobresale por ser diferente a todos. Un jugador especial, desde Guti no se contemplaba en el Bernabéu una visión de juego tan propia de un genio.
Guardiola sin ir más lejos recomendó su fichaje para el Barcelona. El alemán es un futbolista fascinante, irreemplazable. La prueba reside en que tras su marcha, su ex equipo, el Werder Bremen se alejó de la zona Champions para convertirse en un equipo vulgar, prosaico. Otros futbolistas como Sahin o el propio Modric abandonaron sus clubes y éstos, lejos de resentirse, mejoraron sus resultados.
Es un genio sin reconocimiento. La prensa añora a Iker, ensalza a Cristiano y, en cambio, silencia o toca frívolamente a Özil
Hay futbolistas cuya incidencia en los equipos es total. Kovacevic cuando fue traspasado por parte de la Real Sociedad y suplido por Víctor Bonilla, generó una hecatombe. Salvando las distancias en lo que a demarcación se refiere, la marcha de Özil ha vulgarizado al Werder Bremen, otrora referencia alemana en la Champions. El club es consciente de la pérdida, como corrobora el hecho de que siguen manteniendo al entrenador de siempre, Thomas Schaaf, sabedores de que ya no puede conducir al equipo a las gestas de antes.
Con estos precedentes parece claro que, el jugador alemán es, sin duda, un futbolista insustituible tanto en el Real Madrid como en la selección alemana.
En el último partido ante el Getafe se apreció una de sus principales cualidades. Özil conduce el esférico con una facilidad pasmosa, siempre con la cabeza levantada y, en todo momento, con la idea de asistir al compañero que realice el desmarque más eficiente. Retiene el esférico lo necesario. Cuando dispone de pase, se anticipa a cualquier fuera de juego. El jugador de origen otomano pasa por ser el mejor guía posible para un contragolpe.
Por otro lado, siempre sabe recibir el balón en posiciones intermedias desde las que, cualquier asistencia resulta letal. Técnico, delicado en el toque, sus pases siempre se entregan con precisión. Dispone de una aptitud especial para que todos sus envíos no resulten ni largos ni cortos; sí exactos.
Özil es el futbolista asociativo por antonomasia. Por otro lado, cada vez se prodiga más en disparos a puerta. Esta temporada incluso ha redescubierto su faceta como lanzador de faltas, una de ellas anotada primorosamente ante el Borussia.
Cualquier equipo debe constituirse alrededor de un futbolista así. Con él en el césped, Cristiano podrá desmarcarse con convicción, al intuir que siempre se verá el hueco del pase.
Es cierto que es un futbolista que necesita del balón, y que si el Madrid no da señales de vida la eficacia de su fútbol tenderá a extinguirse. Nada diferente a lo que le pudiera ocurrir a un Laudrup o a un Zidane. Los futbolistas "de dibujos animados" precisan de un balón, y de un equipo compacto que mantenga el orden. Guti también era un jugador que producía un fútbol estético, con el error de pretender siempre dar un pase talentoso, lo que le suponía en ocasiones pérdidas contraproducentes. Özil es más descomplicado, capaz de apoyarse en corto, en largo, jugando al juego, en velocidad.
No se le puede exigir balance defensivo. Tampoco se le deben demandar responsabilidades sobre su irregularidad. Ningún superdotado puede ser constante. Pero, dentro de un club, los futbolistas perfil Khedira sirven precisamente para agrandarse en las facetas defensivas.
Özil es lo que es. Lo viene demostrando de lejos. La pasada temporada en el decisivo Barcelona-Real Madrid proporcionó un balón a Cristiano que se tradujo en la definitiva consecución del título. Nadie le aplaude en exceso, tampoco se declama su nombre y, por supuesto, cada vez que el Madrid desprende una mala imagen, el periodismo suele culpar al alemán. No es un peso pesado en el vestuario. No es amigo de los periodistas españoles. Es un blanco fácil.
Guardiola recomendó como posible fichaje para el Barcelona al alemán
No obstante, desde mi perspectiva, Özil siempre aparece. Si el Real Madrid pierde, no es por él. Si gana, ha tenido mucho que ver. Él no tiene que ver en el trabajo de equipo, pero si se convierte en un recurso inigualable para que el Real Madrid disponga de un espécimen diferente, capaz de convertirse en un talismán silencioso. Hasta cierto punto, recuerda a otro alemán de origen turco, Mehmet Scholl, que en tantos aprietos puso al Madrid con su Bayern de Munich.
Ahora, a este alemán, el madridista debe disfrutarlo. Es un genio sin reconocimiento. La prensa añora a Iker, ensalza a Cristiano y, en cambio, silencia o toca frívolamente a Özil. Y, curiosamente, es clave. Si el alemán entra en juego las opciones de títulos del Madrid este año serán máximas.
Espero que, la próxima vez que la pareja de periodistas hable de Özil sea con un tono más ceremonioso. Los que admiramos el buen fútbol, lo agradeceremos.
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