De fútbol ya lo comenté anteriormente. Busca, busca... página 1250.zam escribió:Buena defensa de superMou, HOMBRE SIN FE, pero de fútbol no hablamos ¿eh?. Una filtración puede ser chunga tanto si hablas de malos rollos internos como tuyos propios dentro del vestuario creando malas sensaciones y sospechas, ya solo falta que el concepto filtrar sólo tenga la definición que nos conviene.
En fin, ya está esto muy cascao. Centrémonos en lo que viene, a ver si este equipo decide jugar al fútbol.
Filtrar es filtrar y una declaración es una declaración. Son conceptos distintos.
Como veo, que no ha quedado claro para algunos, hacer declaraciones es estar ante los micrófonos y decir lo que te parezca. Eso no es filtrar.
Filtrar es ir en busca de una persona (periodista) para contarle lo que te venga en gana y esa persona a la que se lo cuentas, es el mensajero y difunde tu mensaje.
SAUDADE, Hughes.
Leyendo la Soledad de Viernes Santo de Ruiz Quintano (“Y por las calles, la Soledad, traducción castellana (“¡Soledad tengo de ti!”) de la intraducible “saudade” portuguesa.”), he recordado, más sensible a lo lusitano desde Mourinho, que d’Ors se cuidaba en aclarar que la saudade portuguesa no era tristeza, o no sólo tristeza, sino un sentimiento de parusía, de presencia/ausencia, lo que sentimos ante el advenimiento del Mesías. La saudade sería una tristeza de estar esperando, una melancolía muy marinera, del que espera algo por llegar, conocido ya, que partió por el mar.
La soledad frente al mar.
Así, la saudade sería tristeza parúsica. Una tristeza de soledad. Lo que dice el articulista en su hermoso artículo.
Se me ocurre, y esto es una clamorosa obviedad mía, que la soledad cristiana es siempre soledad esperanzada, que en la soledad nuestra hay un impulso instintivo de esperanza.
Hay en nosotros un primer momento de esperanza, irreductible, previo a todo.
Y la soledad española, cercana a la saudade portuguesa, es tristeza del que espera lo que está por venir.
Todo esto, perdóneseme, al hilo de la Semana Santa, tan reciente aún.
Coda futbolera: La saudade portuguesa de Mou sería una esperanza mucho más activa todavía. Mourinho es la saudade impaciente. Tiene algo de conquistador portugués, pero conserva la gravedad morada, cobriza, del triste portugués, triste trascendental, triste por metafísicas tristezas.
El ego de Mourinho (minuto 50): http://www.ivoox.com/radio-1-abril-2013 ... 373_1.html Todo el podcast es para escucharlo de principio a fin.