Estilo Ancelotti: todo con balón y al primer toque
A Carlo Ancelotti le llaman el «abominable hombre de las ocho». Y lleva dos días. El italiano y sus trece ayudantes se levantan pronto, desayunan juntos y a las nueve ya están colocando conos y pivotes en el «campo uno» de la ciudad deportiva de Valdebebas para el entrenamiento de las diez y media.
Cuando los futbolistas saltan al césped se quedan anonadados. Todo parece dispuesto para rodar «Evasión o victoria». El culpable de esta suprema organización es Paul Clement, «el inglés». Lo tiene todo preparado desde la tarde anterior. Todo el mundo conoce el plan de ejercicios del día siguiente y las cosas que hay que situar en el césped.
Llegada la hora de trabajar es cuando se impone el estilo Ancelotti. El italiano da una vuelta de tuerca al universo de los entrenamientos. Tras el calentamiento, todos esos ejercicios previstos por Clement se realizan con balón. Es el secreto de Carlo. Sus ideas están revolucionando el Real Madrid. Mourinho ya organizaba la mayor parte de sus sesiones con la pelota como centro, pero el italiano ejecuta toda su sesión con la herramienta de trabajo en los pies. Nada de correr como pollos sin cabeza (el esférico).
Hay que correr con el balón. «Se juega con el balón ¿no?», reflexiona «Carletto», como le llama Giovanni Mauri, el preparador físico jefe. «Pues si al fútbol se juega y se gana con la pelota, hay que trabajar siempre con ella», señala el máximo responsable deportivo del Madrid. «Todos los movimientos de velocidad hay que hacerlos con el balón», avisa antes de dar un golpe dialéctico definitivo.: «¿De qué sirve ser muy rápido si no lo sabes ser con la pelota en los pies?». Silencio. Cabezas asintiendo. Sus argumentos son indiscutibles.
Los que más lo elogian son los futbolistas. «Estamos encantados», indica Nacho, que ha renovado por cuatro años con el primer equipo, para ser un comodín como central y como lateral izquierdo «Si al fútbol se juega con balón lo ideal, en efecto, es entrenarse siempre con él».
El ritmo hace al gran equipo. Los razonamientos del «allenatore» se confirman con su idea de «calcio». Quiere que sus hombres jueguen al primer toque. Prima la velocidad en la circulación de la pelota. Piensa que el ritmo es lo que marca la diferencia entre un gran equipo y un buen equipo. «Si el Madrid consigue jugar a un alto ritmo, el rival debe caer por desgaste», comentan sus ayudantes. «Cuando un equipo no aporta ese plus de rapidez, un adversario inferior puede frenarte con mucha disciplina física», subrayan.
La plantilla ha comprobado en el campo que Ancelotti pretende dominar los partidos con una posesión de balón basada en la velocidad de juego y en pases en profundidad para buscar inmediatamente el gol.
No al «centrocuentismo». Al ítalo no le gusta la posesión lenta con pases hacia atrás en la búsqueda de un desmarque. Por eso exige «fútbol al primer toque. Quiere mucho movimiento. El jugador debe parar el balón y tocarlo rápido. Si es posible, darlo a la primera y buscar el hueco por donde penetrar». Eso cansa y desorienta a los contrarios al cabo de muchos minutos aplicando ese estilo.
Toda esta filosofía de fútbol rápido y al primer toque tiene un fundamento previo. Ancelotti quiere que todo el equipo juegue con una intensidad enorme. «Superior incluso a la de Mourinho», manifestaba ayer un veterano. Eso significa un desgaste físico total. El italiano enjuicia que un conjunto de tanta calidad debe ser invencible si añade el plus de la máxima intensidad física. Para ello hará muchas rotaciones entre los partidos de miércoles y sábado. Posee mimbres y juventud en el plantel para eso.
Su exigencia es tal que hará cambios en pleno partido en cuanto vea que un futbolista no rinde a las revoluciones necesarias. No admite jugar andando, ni «esconderse» unos minutos para recuperarse físicamente. Ver correr a tope a Kaká es un espejo de lo que pide este técnico. «Nos ha dicho que quiere un equipo unido y trabajador», comenta otro integrante de la plantilla. Esas dos palabras definen el proyecto del italiano.
Un técnico «muy cercano». Un capítulo que agrada al grupo es la familiaridad del «míster». Es duro en los entrenamientos, pero se muestra «muy cercano» al jugador. «Parece que llevas tiempo con él». Sabe ganarse al futbolista. Siempre con la sonrisa. Bromista cuando el momento lo permite.
La peculiaridad de Vecchi en el trabajo con los porteros, imponiendo ejercicios de velocidad para salir a por el balón, era otro dato distinto. Mientras, Giovanni Mauri potenciaba la intensidad de los futbolistas de campo con carreras cortas de velocidad. Han llegado hombres con otra manera de entrenar. Es una revolución física.
La primera linea me mato

. Yo por ley me levanto a las 7am para estar a las 9 en juzgados, colegiados o suprema corte ... algunas veces me tengo que dormir a las 3 am por la diferencia de horario con Japon y los pedidos que tengo que gestionar de mi importadora, y en otras a las 5 am ya tengo que estar de pie preparando el trabajo para el día o por si tengo que dar clases a las 7 am
Creo que cambiaré de giro y me volvere entrenador
