Primer asalto perdido
Un gol de Luis Fabiano de penalti decidió a favor del Sevilla el partido de ida de la Supercopa, cuya decisión quedó para el partido de vuelta en el Bernabéu. Por ahí, poca sorpresa. Sí la hubo en el área de Casillas, donde vivimos una nueva forma de penalti, el penalti por acoso, juraría que sin ninguna intención de cometerlo por parte del infractor. Acabó decidiendo el choque.
Fue así: un magnífico pase interior de Renato dejó a Duda por delante de Sergio Ramos, con el que tropezó cuando intentaba disparar a portería. Entendió Pérez Burrull que hubo contacto, sensación que no tuvo en acciones parecidas en la segunda parte entre Dragutinovic y Saviola y Alves y Robinho, que los madridistas reclamaron como penalti también. Por ahí, tampoco se estrenó la competición con novedad: sigue siendo más fácil pitarle un penalti en contra al Madrid que a favor. Conste que clamoroso no nos pareció ninguno de los tres. Pero si se pitó el primero, el rasero debió de ser el mismo más tarde. Y no lo fue.
Nos extendemos en ello porque fueron las jugadas que decidieron un partido que tuvo color sevillista durante la primera hora de juego y se decantó al final del lado merengue hasta el punto que Palop evitó las tablas en un par de jugadas cuando todo terminaba. La salida de Saviola y Baptista le dio al Madrid un peso ofensivo del que había carecido hasta entonces, pues amarrado Guti por Martí, el Real sigue sin tener un futbolista capaz de darle juego. Y en nuestro fútbol, el más tonto hace relojes suizos. Ante el Madrid de ahora, un fajador a por Guti y medio problema resuelto. Este es un juego de jugadores y al Madrid le faltan jugadores en serio, desequilibrantes.
fuente: as.com