Andes escribió:Kamui escribió:Moufinger escribió:Por cierto, dicen mal el apellido de Toni Kroos, como no podía ser de otra manera. O lo pronuncias en español (lo más lógico) o lo pronuncias en alemán porque sabes alemán de verdad, pero no haces el gilipollas pronunciando algo que ni siquiera es correcto. La pronunciación correcta sería algo así como Krggoos. En resumen, que el comentarista es un pu.. subnormal, como sabemos tiempo ha.
Peor me parecen los de Onda Cero cuando dan los resultados de la liga alemana:
"Bayern de
Miunik 3 -
Diuseldorf 0"
Joder, o lo dices en español (Múnich con sonido ch al final, no k), o lo dices en alemán (München, por ahí en google se pueden buscar grabaciones de alemanes pronunciándolo correctamente), pero no lo digas en inglés. Con Düsseldorf igual.
Lo que no tiene sentido es que los nombres propios tengan traducción.
Que alguien venga y explique que el sonido London, pasó a ser Londres. Lo mismo con Munchen, Múnich o Cristóforo Colombo pasa a ser Cristóbal Colón o Cristopher Colombus, según. Un sinsentido completo.
Vale, que habrá vocablos que no existen en otras lenguas, pero lo pronuncias como suena en su origen, o como se lee en tu lengua, pero no inventas traducciones.
Ahí ya nos metemos en temas más complejos y que alguien más versado en el tema que yo podrá explicar mejor (algún filólogo o algo imagino). La cosa es que partimos de que los topónimos actuales han cambiado con respecto al original, así que imagínate al cambiar de idioma. Por qué a Madrid no se la llama Magerit? O a quién se le ocurrió poner Zaragoza, si es Caesarea Augusta de toda la vida? O Barcelona partiendo de Barcino? Que encima si lo pronuncias en catalán suena más como Barsalona?
Londres no se llamó London desde un principio, se llamaba Londinium, y desde ese latín derivó al London a raíz de la evolución de la lengua de los pobladores de la zona, y por aquí evolucionó a Londres.
Curiosidad: Tú sabes que a Múnich en italiano se le llama Monaco?
Con respecto a los nombres propios pasa exactamente lo mismo. Desde un nombre original evoluciona paralelamente al idioma. Pongamos como ejemplo el hebreo Cefas pasó a traducirse como Petros al griego y de ahí al latín Petrus. En el mismo sitio, en Italia, evolucionó a Pietro, mientras en España pasó a ser Pedro y para los de London, Peter. Lo cachondo es que el nombre original sólo significa "Piedra".