Agent_Graves escribió:Tanto las bajas de Isco como la de Saúl son vomitivas e injustificables. Solo se pueden explicar desde el clientelismo más nauseabundo por el cual van otros jugadores que hace AÑOS deberían estar fuera de la selección.
Pero en el caso de Isco la situación es más gravosa puesto que el quedarse de nuevo fuera de una gran competición es un argumetno de peso para que el jugador fuerce su salida del Real Madrid y ESO DEL BOSQUE LO SABE.
Joer que rebuscado. A lo mejor no le gusta, que creo que eso puede ser. A mi no me toca tanto las pelotas que no vaya como por los que no va.
No tanto, zam. Para todo jugador perderse una gran competición de naciones es un handicap importante, si a ello le sumamos su suplencia habitual en el Real Madrid lo lleva a una situación donde solo se puede buscar una salida.
Lo de Cesc o Pedro es algo que clama al cielo.
Ayer España jugó con un 4—2—3—1 de inicio (solo vi el primer cuarto de hora) si ese va a ser el sistema a utilizar y teniendo en cuenta lo que dijo Del Bosque de llevar dos jugadores por puesto, Iniesta y Thiago son los elegidos en la posición de Isco.
El tema Isco consiste básicamente en que él se dé cuenta de que jugando para el equipo crece un huevo y medio como jugador.
El día que se centra en lo individual, y en lucir ese regate intrascendente que luce, o en esas conducciones continuas que terminan una y otra vez en perdida es para expatriarlo a Venezuela a Irán o algún sitio de estos. Sin duda.
Sin embargo el día que sale a jugar al fútbol, que toca de primeras, cabeza alta, que tiene claro el desborde, que siempre elige bien, que sabe lucir a nivel personal pero también sabe hacer mejor al compañero con su presencia, que ocupa, que se ofrece... esos días, es para hacerle un monumento porque nos aporta muchísimo.
Lo malo es que nos ofrece muchos más días de los primeros que de los segundos, pero en fin, si se propusiera estar centrado y tal yo me lo quedaba.
Lástima de jugador, ya no va a aprender nunca y la culpa la tenéis los que le habéis endiosado cuando hacía las cosas mal. Un talento arruinado por el peloteo incondicional de la prensa y el público.