No tengas duda. Cristiano en el Manchester era el mejor, aqui, es una mierda, chupon, prepotente, etc.Joaky escribió:Ahora no se paran de escuchar elogios a Raul por todas partes, esta mañana mismo he escuchado a Munian y Llorente diciendo que es un ejemplo a seguir. Yo no recuerdo tantos elogios al Gran Raul cuando estaba en el Real Madrid, y me preguntó ¿será que a la gente le cuesta hablar bien de un jugador del Real Madrid?
Presión mediática periodistica,esa fue la razón por la que Raúl salió del Madrid..DIRTYHARRY escribió:Algo que no entiendo y por favor pido que me expliquen (siendo un admirador de Raúl) es que he leído en este mismo foro que cuando él salió del Madrid, ya estaba en franco declive físico y esa fue una de las causas de su salida. ¿Comó se puede explicar este "renacer" de Raúl, si asumimos que la premisa de sus condiciones físicas mermadas es cierta? ¿A un esquema de juego que lo favorece? ¿A una mejor preparación física?
Por lo menos que jugará algunos minutos de sulplente, cómo despedida o algo. Él se lo merece. Aunque sigue creo que de los delanteros que tiene España ahora, el esta en muy buena forma.VanGol15 escribió:la verdad, ¿A que madridista no le gustaría que Raúl volviese a la selección?
Pero Raúl es una persona de lo más racional,es más él mismo lo dijo ayer "la selección está en buenas manos"
porque siendo sinceros,si Raúl vuelve a la selección y pierde algún partido...¿Quién se llevaría las culpas y polémicas?
yo también quería que el capitán se quedara y se retirase aquí, pero tampoco estaba como para ser titular y fue decisión suya marchar a otro equipo en busca de protagonismo y titularidad, lo cual lo respeto, aunque ojalá hubiera aceptado la suplencia,se me sigue haciendo raro ver al madrid sin Raúl la verdadAndes escribió:Yo nunca estuve de acuerdo con su salida. En mi opinión, su rendimiento no bajó tan drásticamente, pero si había un contexto pesado: el barcelona estaba mostrando superioridad, los constantes fracasos en champions y los chismes de camerino.
Yo es que lo veía entrar, seguía con calidad, rapidez mental, y mucho de mala fortuna: había varios en que "resolvía bien" pero no entraban.
Desde las graderías se comenzó a pedir-exigir su salida y ahí está... sigue metiendo goles. En una liga menor, pero también en un equipo menor.
Yo habría preferido que nunca hubiera salido del equipo y siguiera aportando cada vez dentro de sus posibilidades.
SoberbioDavid_RM escribió:El Raulismo
El Raulismo es resistencia, es supervivencia y es silencio. El Raulismo es marcar tres goles en una eliminatoria europea, perderla y dar la mano. El Raulismo es sentir cómo una grada que le temió y pitó, le rinde homenaje. El Raulismo es soportar un cainita debate nacional sin decir una mala palabra. El Raulismo es resignarse a que eso también le ha pasado a Almodóvar. El Raulismo es aprender a soportar y a controlar la ira de la suplencia. El Raulismo es no poner buena cara a todo el mundo. El Raulismo es reivindicarse sólo en el campo, al señalarse el nombre a la espalda. El Raulismo es rehuir el circo mediático y asumir que eso le alejara de los Balones de Oro. El Raulismo es no tener entorno. El Raulismo es soñar desde niño con una pelota y una familia. El Raulismo es no olvidar el origen. El Raulismo es admitir que su fuerza emana del barrio. El Raulismo es citarse con un periodista a las 10 de la mañana y llegar a las 10 menos cinco, con las botas puestas y sin perfume. El Raulismo es escuchar a un entrenador del Barcelona, que dirige a varios campeones del mundo, decir que un ex futbolista del Madrid es el mejor jugador español de todos los tiempos. El Raulismo es que quien llega al Bernabéu con el poder de un césar le pida cita y le diga que tiene un sitio. El Raulismo es callar cuando le hace suplente un entrenador sin aprovecharse de su debilidad. El Raulismo es arriesgar el prestigio de una larga carrera en busca de un lugar en el frío donde jugar y competir. El Raulismo es volver a ser querido, volver a ser capitán. El Raulismo es Di Stéfano, es Zárraga y es Hierro. El Raulismo es decir que lo que el Barcelona tiene se lo ha ganado en el campo. El Raulismo son tres Champions con el Madrid, de la séptima a la novena. El Raulismo es la angustia de no haberlas podido igualar con la selección. El Raulismo es decir, después de marcar y en pleno debate por el gol en el equipo nacional, que España está en buenas manos y que seguirá sus partidos como un hincha. El Raulismo es sentirse español sin serlo contra nadie. El Raulismo es dormirse en el autocar poco antes de debutar a los 17 años con el Madrid. El Raulismo es poner a su primogénito el nombre de quien eso hizo posible. El Raulismo es besar en la mejilla a los hombres que interpretan la amistad a partir del principio de lealtad. El Raulismo es provocar que un técnico comedido como Lotina se indigne porque se pondere a futbolistas que se drogan y se cuestione a quien se comporta como un profesional. El Raulismo es encontrar el equilibrio entre esas cuatro C a las que se refería Severiano Ballesteros y recuerda Emilio Sánchez Vicario, muy raulista en la pista. Son la calidad y el corazón, la cabeza y los cojones, con los que el futbolista bromeaba al decirle a un compañero en el Madrid qué gran jugador habría sido si le hubieran salido. El Raulismo son cientos de goles. El Raulismo es no dejar de correr. El Raulismo es no haber sido expulsado en 18 años en Primera. El Raulismo es decir que en el fútbol aprendes de todos los que tienes alrededor, compañeros y rivales. El Raulismo es saber cuándo se acaba el amor para evitar esas cosas mal dichas que, en realidad, nadie queremos decir ni escuchar, y aún así, pensar que debió concluir un instante antes. El Raulismo es reconocer que hubo errores y penaltis fallados, pero descubrir que el fútbol, una vida en pequeño, siempre concede una oportunidad para hacer las paces consigo mismo. El Raulismo es porteger un legado en lugar de entregarse a la autodestrucción. El Raulismo es algo que necesitamos en un país donde siempre encontramos a alguien a quien echar la culpa de lo que nos sucede. El Raulismo es Pizarro y es Santa Teresa, lucha y conquista, pasión y contrición. El Raulismo es Ponce, equlibrio en el coso del riesgo, y el Raulsimo es Unamuno: también le duele España.
Pfff que enorme, debería quedar colgado como primer post al abrir este hilo.SiempreReal escribió:SoberbioDavid_RM escribió:El Raulismo
El Raulismo es resistencia, es supervivencia y es silencio. El Raulismo es marcar tres goles en una eliminatoria europea, perderla y dar la mano. El Raulismo es sentir cómo una grada que le temió y pitó, le rinde homenaje. El Raulismo es soportar un cainita debate nacional sin decir una mala palabra. El Raulismo es resignarse a que eso también le ha pasado a Almodóvar. El Raulismo es aprender a soportar y a controlar la ira de la suplencia. El Raulismo es no poner buena cara a todo el mundo. El Raulismo es reivindicarse sólo en el campo, al señalarse el nombre a la espalda. El Raulismo es rehuir el circo mediático y asumir que eso le alejara de los Balones de Oro. El Raulismo es no tener entorno. El Raulismo es soñar desde niño con una pelota y una familia. El Raulismo es no olvidar el origen. El Raulismo es admitir que su fuerza emana del barrio. El Raulismo es citarse con un periodista a las 10 de la mañana y llegar a las 10 menos cinco, con las botas puestas y sin perfume. El Raulismo es escuchar a un entrenador del Barcelona, que dirige a varios campeones del mundo, decir que un ex futbolista del Madrid es el mejor jugador español de todos los tiempos. El Raulismo es que quien llega al Bernabéu con el poder de un césar le pida cita y le diga que tiene un sitio. El Raulismo es callar cuando le hace suplente un entrenador sin aprovecharse de su debilidad. El Raulismo es arriesgar el prestigio de una larga carrera en busca de un lugar en el frío donde jugar y competir. El Raulismo es volver a ser querido, volver a ser capitán. El Raulismo es Di Stéfano, es Zárraga y es Hierro. El Raulismo es decir que lo que el Barcelona tiene se lo ha ganado en el campo. El Raulismo son tres Champions con el Madrid, de la séptima a la novena. El Raulismo es la angustia de no haberlas podido igualar con la selección. El Raulismo es decir, después de marcar y en pleno debate por el gol en el equipo nacional, que España está en buenas manos y que seguirá sus partidos como un hincha. El Raulismo es sentirse español sin serlo contra nadie. El Raulismo es dormirse en el autocar poco antes de debutar a los 17 años con el Madrid. El Raulismo es poner a su primogénito el nombre de quien eso hizo posible. El Raulismo es besar en la mejilla a los hombres que interpretan la amistad a partir del principio de lealtad. El Raulismo es provocar que un técnico comedido como Lotina se indigne porque se pondere a futbolistas que se drogan y se cuestione a quien se comporta como un profesional. El Raulismo es encontrar el equilibrio entre esas cuatro C a las que se refería Severiano Ballesteros y recuerda Emilio Sánchez Vicario, muy raulista en la pista. Son la calidad y el corazón, la cabeza y los cojones, con los que el futbolista bromeaba al decirle a un compañero en el Madrid qué gran jugador habría sido si le hubieran salido. El Raulismo son cientos de goles. El Raulismo es no dejar de correr. El Raulismo es no haber sido expulsado en 18 años en Primera. El Raulismo es decir que en el fútbol aprendes de todos los que tienes alrededor, compañeros y rivales. El Raulismo es saber cuándo se acaba el amor para evitar esas cosas mal dichas que, en realidad, nadie queremos decir ni escuchar, y aún así, pensar que debió concluir un instante antes. El Raulismo es reconocer que hubo errores y penaltis fallados, pero descubrir que el fútbol, una vida en pequeño, siempre concede una oportunidad para hacer las paces consigo mismo. El Raulismo es porteger un legado en lugar de entregarse a la autodestrucción. El Raulismo es algo que necesitamos en un país donde siempre encontramos a alguien a quien echar la culpa de lo que nos sucede. El Raulismo es Pizarro y es Santa Teresa, lucha y conquista, pasión y contrición. El Raulismo es Ponce, equlibrio en el coso del riesgo, y el Raulsimo es Unamuno: también le duele España.
Virgen santa David, aquí se te ha ido la pinza Imagino que buscas el aplauso fácil, sin mas, pues si de verdad sientes aunque sea la mitad de lo que escribes sin ofender me parece un discurso bastante exagerado donde se huele un fanatismo desmedido y sectáreo, muchas lineas son un autentico desmadre... Mira, yo respeto y siempre he respetado a Raúl (aunque a veces me ha desesperado y he llegado a insultarle en sus últimos años, cosa mal hecha por mi parte) pero esto que escribes aunque igualmente lo respeto (en caso de que lo sientas así) me parece mas que otra cosa una especie de propaganda pro-raúlista donde expones paso a paso cada doctrina de fe Raúliana como si de un movimiento religioso se tratara. Quiero creer que tan solo buscabas el aplauso de Hal y compañia, escribiendo algunas cosillas simplemente por escribir por que quedaban bonitas y quedaba bien.David_RM escribió:El Raulismo
El Raulismo es resistencia, es supervivencia y es silencio. El Raulismo es marcar tres goles en una eliminatoria europea, perderla y dar la mano. El Raulismo es sentir cómo una grada que le temió y pitó, le rinde homenaje. El Raulismo es soportar un cainita debate nacional sin decir una mala palabra. El Raulismo es resignarse a que eso también le ha pasado a Almodóvar. El Raulismo es aprender a soportar y a controlar la ira de la suplencia. El Raulismo es no poner buena cara a todo el mundo. El Raulismo es reivindicarse sólo en el campo, al señalarse el nombre a la espalda. El Raulismo es rehuir el circo mediático y asumir que eso le alejara de los Balones de Oro. El Raulismo es no tener entorno. El Raulismo es soñar desde niño con una pelota y una familia. El Raulismo es no olvidar el origen. El Raulismo es admitir que su fuerza emana del barrio. El Raulismo es citarse con un periodista a las 10 de la mañana y llegar a las 10 menos cinco, con las botas puestas y sin perfume. El Raulismo es escuchar a un entrenador del Barcelona, que dirige a varios campeones del mundo, decir que un ex futbolista del Madrid es el mejor jugador español de todos los tiempos. El Raulismo es que quien llega al Bernabéu con el poder de un césar le pida cita y le diga que tiene un sitio. El Raulismo es callar cuando le hace suplente un entrenador sin aprovecharse de su debilidad. El Raulismo es arriesgar el prestigio de una larga carrera en busca de un lugar en el frío donde jugar y competir. El Raulismo es volver a ser querido, volver a ser capitán. El Raulismo es Di Stéfano, es Zárraga y es Hierro. El Raulismo es decir que lo que el Barcelona tiene se lo ha ganado en el campo. El Raulismo son tres Champions con el Madrid, de la séptima a la novena. El Raulismo es la angustia de no haberlas podido igualar con la selección. El Raulismo es decir, después de marcar y en pleno debate por el gol en el equipo nacional, que España está en buenas manos y que seguirá sus partidos como un hincha. El Raulismo es sentirse español sin serlo contra nadie. El Raulismo es dormirse en el autocar poco antes de debutar a los 17 años con el Madrid. El Raulismo es poner a su primogénito el nombre de quien eso hizo posible. El Raulismo es besar en la mejilla a los hombres que interpretan la amistad a partir del principio de lealtad. El Raulismo es provocar que un técnico comedido como Lotina se indigne porque se pondere a futbolistas que se drogan y se cuestione a quien se comporta como un profesional. El Raulismo es encontrar el equilibrio entre esas cuatro C a las que se refería Severiano Ballesteros y recuerda Emilio Sánchez Vicario, muy raulista en la pista. Son la calidad y el corazón, la cabeza y los cojones, con los que el futbolista bromeaba al decirle a un compañero en el Madrid qué gran jugador habría sido si le hubieran salido. El Raulismo son cientos de goles. El Raulismo es no dejar de correr. El Raulismo es no haber sido expulsado en 18 años en Primera. El Raulismo es decir que en el fútbol aprendes de todos los que tienes alrededor, compañeros y rivales. El Raulismo es saber cuándo se acaba el amor para evitar esas cosas mal dichas que, en realidad, nadie queremos decir ni escuchar, y aún así, pensar que debió concluir un instante antes. El Raulismo es reconocer que hubo errores y penaltis fallados, pero descubrir que el fútbol, una vida en pequeño, siempre concede una oportunidad para hacer las paces consigo mismo. El Raulismo es porteger un legado en lugar de entregarse a la autodestrucción. El Raulismo es algo que necesitamos en un país donde siempre encontramos a alguien a quien echar la culpa de lo que nos sucede. El Raulismo es Pizarro y es Santa Teresa, lucha y conquista, pasión y contrición. El Raulismo es Ponce, equlibrio en el coso del riesgo, y el Raulsimo es Unamuno: también le duele España.