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Mourinho a sus jugadores: "No tengo miedo a ninguno de vosotros, a ninguno"
El pasado domingo el Real Madrid vivió un momento crítico. La relación entre José Mourinho con una parte importante de sus jugadores había tocado fondo. La escena tuvo lugar en el descanso del partido que enfrentaba a Real Madrid y Deportivo y ponía en juego la estabilidad deportiva del club. pero la reacción no se hizo esperar y todas las partes han firmado un pacto de conveniencia, una tregua que alivia la situación ante lo mucho que el equipo madridista pone en juego el domingo con motivo de sus visita al Camp Nou.
Siguiendo su costumbre, Mourinho abandona el banquillo segundos antes de terminar la primera parte. Había visto aspectos del juego que no le gustaban. Estaba cabreado, muy enfadado. El principal objetivo de sus críticas era Mesut Özil. Al portugués se le fue la mano con sus reproches hacia el alemán, lo que provocó que alguno de sus compañeros reaccionaran y pidieran que el entrenador rebajara el tono (el episodio de Sergio Ramos y la camiseta del centrocampista con la que jugó debajo de la suya, ya tiene explicación) pero el técnico quiso seguir ejerciendo de jefe para dejar bien claro quién es el que toma las decisiones. Mirando a sus jugadores les lanzó un órdago que obtuvo el silencio como respuesta: "No tengo miedo a ninguno de vosotros, a ninguno". Después, añadió algún que otro intercambio de opiniones en el que cuestionó el rendimiento de otros: "¿Y tú, te crees Zidane?". Mientras, Özil, epicentro de la tormenta y sabiendo que no seguía en el once titular, decidió dar un paso atrás después de lanzar una toalla al suelo en disconformidad con la situación que estaba viviendo. Se vio superado por la tensión que se vivía.
Acto seguido, el técnico se marchó, dejó a sus jugadores en el vestuario para sentarse en el banquillo. No quería la compañía de nadie, buscaba pensar, analizar la situación y lo que estaba pasando. La imagen llamó la atención por extraña. No es habitual que Mourinho llegue el primero al banquillo, sin los jugadores sobre el césped y menos aún restando cinco minutos para el inicio de la segunda parte. Instantes después, Pepe logró un gol y tenía claro qué hacer en ese momento: buscar a su entrenador y dedicarle el tanto que había logrado. Sabía que estaba pasando un momento delicado y quería tener un gesto con él.
Las diferencias están aparcadas de momento
Tras la aparición en Marca de la foto de Sergio Ramos con la camiseta de Özil en plan transparencia reivindicativa, los dirigentes del club, con Florentino Pérez a la cabeza, dieron un paso al frente para que todo volviera a su ser, al menos durante unos días, hasta la visita al Camp Nou. Ramos aclaró el motivo de su gesto vía Twitter siguiendo la recomendación del presidente y el técnico admitió sus explicaciones, que después hizo extensibles a toda la plantilla. Las diferencias han quedado aparcadas.
De conveniencia o no, el grupo que dirige Mourinho parece haber superado la tormenta. El Camp Nou será el gran examen pero el Real Madrid, con el portugués al frente, se ha rehecho en los dos años anteriores de situaciones parecidas. La crisis vivida con Pedro León, la de la llamada de Casillas a Xavi o los momentos de tensión surgidos a raíz de la eliminación copera ante el Barcelona de la pasada campaña. Después de pasar las crisis, el grupo se hizo fuerte, renació y volvió a creer en el mensaje de Mourinho. ¿Volverá a suceder?
el segundo parrafo es lamentable, este tio seguro es el hombre invisible para saber que paso en el vestuario!